Norcoreanos, haitianos y salvadoreños son los inmigrantes que más aumentaron en Chile

Por M. Toro, C. Said y F. Jara, El Mercurio.

Último Censo reveló que en 2002 eran 308 personas de esos países y hoy ya superan los nueve mil:

Actualmente hay 339 mil extranjeros a lo largo del territorio, provenientes de más de 70 naciones. Casi la mitad de quienes llegaron tienen estudios superiores y más diez mil se encuentran estudiando una carrera.

En las calles de Patronato, el barrio que ha concentrado históricamente a la comunidad asiática en Santiago, los vecinos no saben si están o no. Dicen que no conocen a ninguno que se haya identificado como tal porque creen que, si viven en el país, lo hacen sigilosamente. En 2002, los norcoreanos eran apenas siete personas en todo Chile, y hoy son 450.

Este grupo, junto a los haitianos y salvadoreños son los que más aumentaron su presencia en el país, según los datos del último Censo. Los provenientes de Haití pasaron de ser 50 a 1.675 en una década, mientras que los nacidos en El Salvador crecieron de 251 a 7.207.

Concentrados en Santiago, la realidad de los inmigrantes norcoreanos es muy distinta a la de sus coterráneos del sur de la península de Corea. Miembros de la comunidad asiática dicen que la falta de una embajada y la prohibición de salir de su país complican su situación. Muchos -agregan- probablemente ya habían estado en otro país antes de llegar a Chile.

Pero más allá de su situación particular, en el Departamento de Extranjería afirman que los avances en la política migratoria, la protección de los derechos de los extranjeros y las menores restricciones en comparación a otras sociedades, explican el aumento de inmigrantes en la última década: 74% si se compara con las 195 mil personas que declararon haber nacido fuera de Chile en 2002, versus las 339 mil que lo hicieron el año pasado.

Este crecimiento no solo impacta en el número de habitantes del país, sino que también en la diversidad cultural. Esto, porque si bien peruanos, argentinos y colombianos lideran en presencia, el nuevo listado del Censo refleja que se han radicado personas provenientes de más de 70 países, 14 de los cuales no figuraban en los registros de 2002.

Así, 116 ciudadanos de Irak y otros 116 de Marruecos quedaron en el registro que incluye personas provenientes de Singapur, Filipinas, Pakistán, Sudáfrica e Irlanda, entre otras naciones. “La estabilidad política, económica y social del país se transforma en un incentivo para su llegada”, explica Mario Cassanello, jefe del Departamento de Extranjería y Migración.

El abogado agrega que la situación laboral del país permite además que hoy los inmigrantes formen “parte del paisaje habitual en ámbitos altamente profesionalizados -como la banca, medicina, tecnologías de la información-, como también desarrollando labores técnicas, agrícolas o en áreas de servicios, en sectores tan diversos como la minería, el comercio y también en servicio doméstico”.

El variado perfil de los extranjeros está registrado: 43% de ellos declara tener estudios superiores, mientras que 18,5% solo terminó la básica. Y mientras gran parte llegó a trabajar, diez mil están estudiando en la educación superior (ver recuadro).

El fenómeno Colombia

Es el tercer país con mayor presencia de sus habitantes en Chile y están en crecimiento. En diez años pasaron de ser 4 mil a 27 mil residentes y su presencia se percibe en las calles de casi todas las regiones. El arribo de colombianos era una tendencia que ya se venía confirmando desde hace unos años y son, explica Mario Cassanello, una comunidad mayoritariamente femenina, en edad laboral, que ha pedido permisos de residencia principalmente por motivos económicos.

“Me costó mucho encontrar trabajo, pero ahora estoy feliz. Chile es seguro y hay gente muy buena, aunque algunos quieren todo rápido y a veces se ponen medios violentos”, dice Cristián Abril (20), quien llegó hace dos meses de Colombia, dejando sus estudios de Derecho para vivir con un tío que había viajado antes y que lo ayudó a encontrar un trabajo en un centro de llamadas en la calle Monjitas.

Tan cómodos se han sentido algunos de ellos, que el año pasado 125 pidieron y obtuvieron la nacionalidad chilena, que ahora comparten con la original.

Y es que una de las consecuencias del crecimiento migratorio es el aumento de solicitudes de extranjeros que quieren “ser chilenos”. El año pasado 914 personas recibieron su carta de nacionalización y, según las cifras del Departamento de Extranjería, durante el primer trimestre de este año ya llegaron a 456, levemente superiores a las 446 que ingresaron en la misma época del año pasado.

Tarapacá

Mientras a nivel país los extranjeros son un 2% de la población, en la I Región representan un 7,4%. Por qué llegaron y cómo se sienten

Nora Balzarotti (47)

Argentina

“Vivir aquí mejoró mi calidad de vida. Mis niños pueden caminar solos y yo ando con el vidrio abajo, sin miedo a que me maten”, cuenta la economista que vive en Chile desde 2010. A raíz de la inestabilidad financiera de Argentina, Nora y su familia emigraron en busca de “instituciones sólidas”, las que dicen haber encontrado. Ella y su marido tienen trabajo estable y ya compraron una casa.

Magda Gálvez (42)

Colombiana

Por motivos de trabajo, la comerciante llegó a Chile en 2004. Pero no pasó ni un año y decidió traer a su hijo de Colombia e instalarse definitivamente en el país. Hoy vive en Macul y trabaja en su local de productos de estética en Santiago Centro. “Chile es bien organizado, tiene buenas perspectivas económicas y es muy tranquilo. Es lo opuesto a Colombia”, cuenta Magda.

Adelmo Becerra (42)

Peruano

En agosto de 2012 llegó a Chile para ser el administrador del restaurante “Ají Seco Internacional” de calle Puente. Pero debido al “sacrificio” que significa dejar a su familia en Perú, decidió quedarse solo por tres años. “Vine por la experiencia de conocer otro país, porque en términos económicos no me conviene mucho. Aquí gano más, pero también gasto más”, aseguró

Camilo Zabala (30)

Colombiano

“Todo me ha salido bien, Chile es un país de oportunidades”, cuenta el dueño de una barbería para hombres en la comuna de Santiago. Debido a problemas económicos en su país de origen llegó a Chile en 2003 y hoy está casado con una chilena y tiene dos hijos. “Incluso me alcanza para enviarle dinero a mis dos hermanos que están en Colombia”, asegura.