Solidaridad de cientos de jóvenes ayuda al retiro de escombros y atención a damnificados

Scouts, universitarios, miembros de iglesias y voluntarios de diversos sectores se esfuerzan por contribuir en centros de acopio, albergues, calles y quebradas siniestradas.

Por Hernán Cisternas, El Mercurio

En medio del desastre y del dolor que viven alrededor de 1.200 personas, cuyas viviendas estaban en las 30 hectáreas arrasadas por el fuego en Valparaíso, resalta el espíritu solidario de cientos de jóvenes que han llegado al área afectada para poner a disposición su voluntad, manos y esfuerzos para ayudar a los damnificados.

Rodrigo Duque, de 18 años, residente en otro punto de la región, indicó que acudió al lugar para conocer la situación de algunos amigos que viven en Rodelillo. “Felizmente no les pasó nada, pero fue tanta la impresión que me causó ver cómo quedaron las casas, que decidí sumarme a los que están sacando escombros. Estoy feliz de poder estar ayudando. A lo mejor es poca cosa de mi parte, pero sé que para estas familias es importante y es mucho”, expresó.

Verdaderas cadenas humanas retiran desde las quebradas los escombros de las casas siniestradas, para acopiarlos en la parte superior y cargarlos en los camiones que esperan para disponer de ellos en los vertederos.

Algunos desechos pueden ser traspasados de mano en mano, otros como las planchas de zinc obligan a los voluntarios a bajar y subir extensas escalas de cemento para dejarlos en la superficie.

Daniel Medina, de 14 años, cuyo rostro podría compararse con el de un minero del carbón, por lo tiznado, comentó: “Estoy feliz de estar ayudando. Es gente que no conocía, pero que nos necesita”. Similar sentimiento exteriorizó Misael Barrraza, de 18 años, que se trasladó desde Villa Alemana para colaborar con los afectados. “Si estamos en condiciones de ayudar y podemos hacerlo, entonces manos a la obra”, dijo.

Aparte de los voluntarios que concurrieron por iniciativa propia, también hay organizaciones que llegaron con su contingente como grupos scouts, jóvenes católicos, evangélicos y de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días -en cuyas pecheras llevan la leyenda “Manos mormonas que ayudan”-, estudiantes universitarios y personas que respondieron al llamado del Instituto Nacional de la Juventud. Claudio Arancibia, director regional de este organismo, estimó en 350 los jóvenes reunidos por ellos.

El despeje de los sitios donde hubo más de un centenar de casas es urgente para que las familias damnificadas puedan optar esta semana por algunas de las alternativas de solución de emergencia que se les propone en espera de las casas definitivas: subsidio de arriendo de $80 mil a $100 mil mensuales, instalación de viviendas sociales o mediaguas en el mismo terreno o una tarjeta gift card para la compra de elementos de autoconstrucción.

Un número importante de familias abandonó los albergues y volvió a sus sitios, donde han instalado carpas o piezas de emergencia con materiales rescatados desde los escombros.

La colaboración de los jóvenes también está presente en la recepción, traslado, clasificación y entrega de la ayuda que desde el día del incendio se está recibiendo en los centros de acopio de los cerros Rodelillo y Placeres.

Junto a los civiles trabajan jóvenes con uniforme: reclutas y personal del Ejército y la Armada.

Loreto Seguel, ministra (s) de Desarrollo Social, destacó el esfuerzo de los jóvenes para llegar con agua, comida, colchones y frazadas hasta los sectores de más difícil acceso de ambos cerros.

Con mapeo aéreo se precisará total de viviendas destruidas

Mañana se cumple el plazo para concluir el catastro de viviendas destruidas por el megaincendio del jueves y conocer el número total de damnificados que, hasta ahora, se estima en 1.200 personas.

Para precisar el número de casas siniestradas hoy se sumarán a la labor dos helicópteros y dos avionetas radiocontrolados, pequeños aparatos aéreos equipados con GPS, un computador a bordo y máquinas fotográficas, que registran en detalle el área devastada. Tales implementos fueron ocupados tras el maremoto del 27-F.

El ministro (s) de Vivienda y Urbanismo, Francisco Irarrázaval, explicó ayer en Valparaíso que se va a generar un mapa aéreo del lugar que permitirá saber exactamente cuántas viviendas había en cada sitio, varios de ellos correspondientes a laderas y quebradas.

El gran problema determinado hasta ahora, precisó, es que muchos sitios eran amplios y contaban en su interior con más de una casa; así también, en una misma vivienda había más de una familia. Además, dijo, el fuego arrasó con tres campamentos correspondientes a tomas y dos laderas irregulares. “Creemos que los elementos tecnológicos, como la fotografía aérea, serán una gran ayuda”, destacó.

Setenta funcionarios del Minvu han realizado 960 visitas técnicas.