Tacos de bicicletas llegan a Santiago: cuatro ciclovías están casi saturadas

Por Diego Villegas C., La Tercera.

Una consultora de desarrollo urbano identificó a las de Pocuro, Andrés Bello, A. Varas y Simón Bolívar.

Ultimamente, a eso de las 7 de la tarde, el taco no sólo ocupa Av. Pocuro. Hacia el oriente, otro atasco corre en paralelo: las bicicletas que circulan por la ciclovía desfilan una tras otra, casi como si fueran un “tren”.

No sólo eso. En cada una de las esquinas de esta ruta de 2,4 kilómetros se agolpan los pedaleros. Buscan espacio entre los peatones que esperan la luz verde. Para atravesar los cruces, como el de Av. Los Leones con Av. Pocuro, no pocas veces se producen alcances entre ellos.

Hace al menos siete años que la consultora Urbanismo y Territorio (UyT) viene detectando cómo las principales ciclovías de Santiago se vienen saturando. A partir de 2009 comenzó a medir el flujo de pedaleros por hora en las cuatro principales rutas de la capital y concluyó que en las horas punta se producen tacos. Aseguran, además, que en los próximos cinco años, las de Pocuro, Antonio Varas, Andrés Bello y Simón Bolívar, el tránsito por éstas ya no será fluido.

“Si circulan 300 ciclistas por hora en una vía, podemos hablar de saturación. En las horas punta la de Pocuro llega a las 1.278. Cuando decimos que hay 300 bicicletas por hora, quiere decir que pasa una cada 10 segundos”, explica el gerente de proyectos de UyT, Hernán Silva. Este agrega que las consecuencias de los tacos es que los pedaleros bajen a la calle para avanzar más rápido o que sufran accidentes por alcances.

Silva dice que desde 2005 el parque de los vehículos de dos ruedas en la capital crece a razón de 20% anual y en las vías ya es posible observar “trenes de bicicletas”. “Esto se ve cuando más de tres ciclistas circulan a cinco segundos de distancia, uno detrás de otro”, explica Silva.

Números saturados

Cuando la consultora especializada en estudios de desarrollo urbano, UyT, hizo una alianza con la ONG Ciudad Viva en 2005, se lanzaron a realizar conteos de flujo ciclístico en la ciudad.

Así, año a año fueron midiendo la carga de las más importantes. En 2012, la de Av. Pocuro arrasó con todos los promedios: en horario punta de mañana -de 7 a 10 horas- registró 894 bicicletas por hora y, por la tarde, 1.278.

En tanto, la de Antonio Varas arrojó 625 en la mañana y 761 durante el regreso a casa. Andrés Bello, un poco menos: 588 antes del mediodía y 782 durante el atardecer. Por último, la de Simón Bolívar registró 60 por hora en la mañana y 178 en igual fracción de tiempo en la tarde.

El vocero del movimiento Ciclistas Furiosos, César Garrido, dice que el atochamiento es un problema que tiene años de existencia. “Estamos colapsados hace rato. Las ciclovías que tenemos sólo fueron buenos proyectos, pero hoy quedaron chicas. Sale más cómodo andar por la calle, pero es más peligroso”, dice.

La consultora planea hacer durante 2013 otras mediciones en distintos puntos de Santiago para ver si el panorama se repite en otras comunas. Partirán estudiando la de la Alameda, la de República y Tarapacá.

Durante este año, Providencia planea construir cuatro ciclovías nuevas que recorrerán Ricardo Lyon, Luis Thayer Ojeda, Tobalaba y Marchant Pereira, y que en conjunto sumarán 10 kilómetros. Estas alimentarán la comuna desde el sur hasta sus desembocaduras en Av. Providencia. “Las esperamos con ansias, sobre todo la de Lyon, que será una de las más modernas y no generará topes entre peatones, vehículo y ciclistas”, remata César Garrido.

Entrevista Louis de Grange

P ¿Qué graves problemas de circulación provocaría la congestión de bicicletas?

R Es más fácil de solucionar que la de los autos, porque los ciclistas tienen más opciones de rutas. El atochamiento se acaba si se les da tránsito continuo a las vías.

P ¿Están mal diseñados los cruces en las ciclorrutas?

R Sí, pero más que los ciclistas, los reales perjudicados son los peatones, que constituyen el eslabón más débil.

P ¿Están al debe estas vías de transporte en la capital?

R Hay casos como la calle Tarapacá o Santa Isabel, cuyo diseño es paupérrimo. Podrían provocar una gran cantidad de accidentes, porque son más angostas.