Café Colonia cumple 60 años y planea local en el sector oriente

Por Diego Villegas C., La Tercera.

El salón de té de calle Mac Iver era cita obligada después de una función en el Teatro Municipal.

Cuando Wilhelm Schlösser vio el local de Mac Iver 161 no lo pensó dos veces. Llevaba 10 años en Santiago y su pastelería, ubicada en Huérfanos 979, ya no era suficientemente grande para la clientela, por eso decidió convertir un antiguo salón de té llamado Chantilly en la sede de su imperio de dulces alemanes. En ese local fundó el Café Colonia, el primero en ofrecer pastelería germana.

Sesenta años después, ya son dos locales en la misma calle los que albergan la tradición pastelera de Schlösser. Todos ambientados como una típica cabaña alemana repleta de kuchenes de arándanos y con meseras vestidas con trajes tradicionales.

“Son recetas que datan de 1920 y que mi papá se encargó de conservar y pasarnos de generación en generación”, explica Horst Schlösser, hijo del fundador.

El Café Colonia se hizo conocido por ser el punto de encuentro de la socialité santiaguina en los años 50. Antes o después de alguna función en el Teatro Municipal, no era extraño ver a algún miembro de la elite tomando once o compartiendo alguna de las tortas del local con senadores o ministros.

Con el tiempo, la clase alta comenzó a alejarse del centro y cada vez fueron menos a la hora del té, por lo que el salón tuvo que reinventarse y ofrecer almuerzos ejecutivos y un delivery de tortas y pasteles.

“Recuerdo que en un principio nos pedían parte del almuerzo que les dábamos a los trabajadores y con el tiempo tuvimos que implementar una cocina para más de 100 personas”, dice Schlösser hijo.

En la actualidad, el local de Mac Iver 133 tiene como objetivo un público entre 30 y 40 años. “Ofrecemos happy hours y almuerzos naturistas. Queremos mantener la tradición y a la vez renovarnos”, explica Lina Oñate, propietaria hace tres años del local y que no toma una decisión si no es en conjunto con la familia Schlösser. “No queremos perder la tradición e historia que hay tras este negocio”, agrega Oñate.

Nuevo local

Aunque parece que los años pasen de largo por el Colonia, hay planes de trasladar la fábrica pastelera fuera de los actuales locales y abrir una nueva sucursal en el sector oriente de la capital, pues la mayoría de los pedidos que reciben provienen de esa zona.

“Queremos un local que nos dé la opción de atender de la misma forma que lo hacemos acá”, explica Lina Oñate, que ha sondeado casas aledañas al Apumanque, Plaza Los Leones o el Parque Bicentenario de Vitacura.

“Este local no se va a cerrar, pero hemos entendido que muchas personas que nos visitan ya han migrado desde el centro y el delivery muchas veces esta sobrepasado. Es una solución necesaria”, remata Oñate.

Cambian las costumbres y la gente, pero el Colonia siempre será un café con historia.