El hotel de Providencia que atrae a motoqueros de todo el mundo

Por Sebastián Sottorff, El Mercurio

Nuevo punto de reunión en Santiago:

El Hard Road es un recinto atípico que se ha transformado en un polo turístico para motociclistas. Además de alojamiento, este lugar ofrece accesorios, gastronomía y tours especializados por Chile y Sudamérica.

Lo que partió como una inquietud, concluyó en un negocio. Y lo que empezó como interés, se transformó en una pasión. Entusiasmo que se puede percibir apenas se ingresa al Hard Road de Providencia, un atípico hotel con aires rocanroleros que también es un restaurante, un bar, una tienda y un templo para motoqueros de todo el planeta.

En plena avenida Bilbao, se emplaza la casa de estilo americano que alberga a este recinto. Se trata de un inmueble construido en 1945 y que, según sus dueños, fue propiedad de un político radical.

“Soy abogado y siempre he tenido una inquietud por los negocios. He recorrido Chile gracias a mi trabajo y me di cuenta de que había un producto que vender. En esta parte del continente, no existía nadie que entregara un servicio integral al propietario de una Harley Davidson. Y eso que en todo el mundo hay unos cuarenta millones de propietarios de estas motos, por tanto es un nicho grande”, explica Guido Rojas, dueño del Hard Road, inaugurado en el año 2010 y visitado por motociclistas del mundo entero, pues acá llegan grupos y delegaciones de varias nacionalidades.

“El fuerte de los visitantes siempre son norteamericanos o europeos, pero han llegado hasta acá árabes, chinos o personas de Kuwait”, agrega Rojas, detallando que las habitaciones de este hotel también han sido visitadas por figuras del rock, como integrantes de la banda estadounidense Alice in Chains, Guns N’ Roses o algunos músicos de Eric Clapton.

Otro de los servicios que se ofrecen en este lugar es el arriendo de motos y la organización de tours por Chile o Sudamérica. De ahí que la fachada del Hard Road tenga una decena de motocicletas estacionadas de los más variados modelos, pero todas son Harley Davidson.

“Cruzamos la cordillera y nos vamos a Mar del Plata. O agarramos las motos y nos vamos al Cusco, Valparaíso o la Patagonia. Todo depende del cliente, que vive la aventura, pero no experimenta sus inconvenientes”, explica Rojas, detallando que todos los tours cuentan con un camión de asistencia que incluye baños, generadores, motos de repuesto y mecánicos.

“Esta casa tiene una atmósfera especial que la hace muy cálida. La respetamos en sus líneas y en su fachada. Además, la camaradería hace que, más que clientes, la gente se sienta como amigos”, sentencia Rojas.