Primer superintendente de Torres del Paine llama a los visitantes a cuidar el parque
Por Rolando Martínez, El Mercurio.
Ayer asumió este cargo que es inédito en el país, y luego podría replicarse en otras áreas protegidas:
Su gestión busca aumentar el número de visitas y reducir su impacto; además, crear alianzas internacionales con la reserva.
El Parque Nacional Torres del Paine recibe 140 mil turistas cada año. Eso requiere mantener un equilibrio constante en la reserva, entre el gran número de visitantes y, por otro lado, evitar impactos que puedan dañarla, como el incendio que en enero pasado arrasó 17.609 ha.
Ese mismo hecho aceleró en la Corporación Nacional Forestal (Conaf) -que administra el lugar- una decisión que se venía trabajando hace tiempo: crear la figura de un superintendente que gestione y administre esta área silvestre protegida, figura inédita en Chile que, de resultar en Torres del Paine, podría replicarse en otros parques del país.
Ese cargo fue asumido ayer por el ingeniero civil y forestal Federico Hechenleitner, quien reconoce que está ante un “tremendo desafío que aún no termino de calibrar”. Principalmente, dice, porque se trata de una reserva muy importante para el país y para el mundo.
“El parque necesita un cambio de visión respecto de cómo se va a gestionar. La figura del superintendente tiene por objetivo principal proyectarlo en el futuro y darle un manejo con una visión más estratégica, que considera una visión de largo plazo de lo que se quiere y se espera del parque”, explica Hechenleitner.
Medidas de control
El número de turistas en las Torres del Paine crece a una tasa del 10% anual, por lo que en diez años la cifra de visitantes se duplicaría. “Es un tremendo desafío, porque no tenemos en Chile parques que reciban tanta gente y generen tanto impacto. Entonces, la gestión tiene un objetivo un poco contradictorio: por una parte, hay que fomentar la llegada de gente, y, por otra, evitar sus impactos”, agrega.
Por eso, a partir de este año, se implementarán en la reserva nuevas medidas de control de paseantes, como el cierre de todos los senderos a contar de las 17 horas; se sumarán 80 guardaparques a los 30 existentes; habrá patrullajes permanentes para controlar el flujo de visitantes, y la obligación de éstos de registrarse y asistir a una charla de Conaf, entre otras.
Sin embargo, dice Hechenleitner, para evitar nuevos incidentes es clave el apoyo de los turistas. “Acá se necesita un cambio de mentalidad en el visitante (…) Debe asumir que éste es un lugar maravilloso, pero muy frágil, y en la Patagonia el fuego y el viento son nuestros principales enemigos. No debemos descuidarlos. La gente debe tener muy en cuenta que el fuego es un enemigo terrible para el parque”, afirma.
El nuevo superintendente de Torres del Paine agrega que vincular la reserva con el exterior será otra de sus tareas. “El parque tiene un posicionamiento por sí solo en el mundo, e incluso así, hay que insertarlo aún más para atraer más visitas (…) Hay alianzas con otros parques internacionales, hay que activarlas”, asegura.