Renovarán fachadas de casonas en histórica calle de Valparaíso
Serán 31 las viviendas que serán pintadas en forma gratuita.
por María Elizabeth Pérez, Valparaíso
Es parte del corazón de Valparaíso y de uno de sus primeros barrios en el que hasta hoy se empina la iglesia La Matriz y la plaza Echaurren. La calle Cajilla une los populares cerros Santo Domingo y Toro, los primeros en ser poblados frente a lo que entonces solo era una caleta de pescadores. Hoy, sus antiguas y típicas casonas se preparan para recibir un baño de color que renovará el entorno gracias al Programa de Recuperación de Fachadas de la Municipalidad de Valparaíso y el PRDUV (Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano) dependiente de la Subdere.
La calle Cajillas, conocida antiguamente por su bohemia y vida social, guarda una curiosa arquitectura que resiste el paso de los años, con edificios deteriorados, pero atractivos por sus puertas altas y antiguas, mamparas y ventanas de guillotina. Y 31 de sus viviendas serán intervenidas como parte de este proyecto de recuperación del barrio que ayudará a revitalizar su entorno. La inversión bordeará los 38 millones de pesos.
“Tendrán sus frontis renovados sin costo para sus propietarios. El Programa de Recuperación de Fachada y la municipalidad han estado atentos en dar soluciones y resolver los problemas de la comunidad”, explicó Roberto Barría, director del PRDUV.
Gracias al aporte de la empresa Sherwin Williams y a la gestión de sus impulsores, esta iniciativa será sin costo para sus moradores. Las obras comenzaron hace dos semanas y se extenderán hasta principios de octubre.
Este trabajo culminará una serie de obras realizadas en esta arteria para su revitalización, entre ellas nuevas veredas y calzadas y renovada iluminación.
“Revitalizar este tipo de calles es dignificar el espacio público, levantar sectores decaídos que por mucho tiempo no fueron tenidos en cuenta y que hoy se recuperan por el bien de la ciudad y sus habitantes”, sostuvo Barría.
Para el alcalde Jorge Castro este “es un sector que pedía a gritos una manito de gato”, añadiendo que “los porteños y visitantes pueden notar el impacto del resultado de la intervención, pues los colores cambian el rostro de los distintos sectores. Es un rejuvenecimiento que le da vida a Valparaíso y eso es precisamente lo que queremos, que la ciudad se llene de color y que los barrios emblemáticos tomen vida”.
El programa, que finaliza este año, ha recuperado