BiblioMetro cumple 16 años con 20 stands, 55 mil socios y 390 mil préstamos

La proyección para 2012 es llegar al medio millón de libros prestados a los usuarios del sistema.

Por Evelyn Briceño, La Tercera.

Como cada mañana, el publicista Juan Carlos Castro viaja en Metro, desde Escuela Militar a Universidad de Chile. Y como en cada ocasión, lleva en sus manos un libro. El de esta semana es La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. “Siempre aprovecho el trayecto para leer. Creo que todos deberían hacer lo mismo, sobre todo con las facilidades de sacar un libro en el mismo Metro”, dice.

Juan Carlos es uno de los 55.000 socios activos de BiblioMetro, un sistema que la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) creó en junio de 1996 para incentivar la lectura en la capital.

Al cumplir 16 años, la cifra anual de préstamos de libros ya alcanza los 390 mil (en 2011) y las proyecciones de Metro son que este año ese número suba a medio millón de ejemplares prestados.

Con la inauguración de un stand en la Estación San Pablo hace unas semanas, además, se cumplió la meta de tener 20 locales en la red subterránea: Tobalaba, Baquedano, Los Héroes, Puente Cal y Canto, Ciudad del Niño, Plaza Egaña, Bellavista de La Florida, Plaza de Armas, Puente Alto, Vespucio Norte, Franklin, La Cisterna, Escuela Militar, Los Dominicos, Maipú, Quinta Normal, Irarrázaval, Macul, Pajaritos y San Pablo.

En el Metro y la Dibam aseguran que estos se ampliarán cuando se inauguren las nuevas líneas 3 y 6.

Hoy, BiblioMetro es la segunda biblioteca pública más importante de la capital y del país, tras la de Santiago.

Javier Pinto, director ejecutivo de la Corporación MetroArte, recuerda que la idea fue de Marta Cruz-Coke, ex directora de la Dibam durante los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz- Tagle, entre los años 1993 y 1999.

“Ella quería poner los libros en contacto con el público y así nació este proyecto en 1996. Primero se probó en las estaciones Los Héroes, Tobalaba y Cal y Canto. Ese mismo año ya se contabilizaron más de 12 mil préstamos”, cuenta Pinto de esta iniciativa en que Metro facilita los espacios y la Dibam opera el sistema de préstamos con su personal y volúmenes.

Karin Palacios, coordinadora (S) del Programa Bibliometro de la Dibam, confirma que hasta ahora esa es la idea: llevar los libros a las personas, a los lugares donde circulan a diario en la ciudad. Como el Metro, que transporta más de 2,2 millones de usuarios al día. Una fórmula que sus responsables consideran la clave del éxito del programa.

Javier Pinto agrega que a mediados de los 90 muchos tildaron la iniciativa como “una locura” y pronosticaron que los libros se iban a perder. “Sin embargo, de inmediato se generó un círculo virtuoso en que el 97% de los ejemplares se devuelve y en buen estado”.

“La respuesta de la gente, pese a los pronósticos pesimistas de algunos, fue espectacular”, dice Karin Palacios, para quien ver libros deteriorados por uso en las estanterías significa “que estamos cumpliendo nuestra labor”.

La encargada dice que actualmente trabajan en la modernización de los módulos, para convertirlos en vitrinas en que el público pueda observar la oferta de lecturas disponibles. “Cada stand cuenta con un promedio de 1.000 a 1.500 títulos. Los libros, lamentablemente, tienen un precio alto, por lo que sentimos que estamos democratizando la lectura”, explica Palacios.

Producto de exportación

A mediados de la década pasada los metros de Medellín y Madrid emularon esta idea. En 2003, en la ciudad colombiana y en 2006, en la capital española. En la red de tren subterráneo de esta última ya existen 12 stands con libros y antes de fin de año sumarán otro.

“Tenemos entendido que allá ha sido un proyecto bastante exitoso”, acota Palacios, mientras Pinto señala que en Medellín “incluso adoptaron el mismo nombre”.

El leit motiv del proyecto en esos países también es extender el hábito de leer en la ciudad y por eso los requisitos de inscripción son mínimos. “No me demoré nada. Sólo me pidieron pagar $ 1.000 y presentar mi pase escolar”, cuenta Rodrigo Leiva, estudiante de Derecho, mientras se inscribe en el módulo de Estación Irarrázaval.

¿El título más pedido el año pasado?: Sherlock Holmes: obras completas, de Arthur Conan Doyle. ¿Y el autor predilecto en 2011?: Isabel Allende. “Ella siempre es un best seller en los vagones”, dice Claudia Gómez, mientras lee De amor y de sombra llegando a Baquedano.