Colón Oriente, la última población de Las Condes, se sacude los prejuicios

Con coordinación vecinal está dejando de lado su pasado:

Según cifras del municipio, la plusvalía del sector ha aumentado 300% en una década. Todas las semanas los vecinos reciben ofertas de inmobiliarias para comprar sus terrenos.

Por Nadia Cabello, El Mercurio.

Fue por años el punto negro de Las Condes. Aquel al que no muchos se querían acercar por temor a ser asaltados o porque el consumo de drogas era la principal actividad -casi la única- que se realizaba en sus plazas. Hoy, en cambio, los vecinos de Colón Oriente caminan orgullosos por sus calles.

Aunque en las 20 hectáreas comprendidas entre Colón, Padre Hurtado Sur, Río Guadiana y Paul Harris Sur están las mismas casas, muchas de material ligero, sus casi tres mil habitantes reconocen que el ambiente ha cambiado en gran parte gracias al trabajo de ellos mismos.

Lo principal, dicen, es que se apropiaron de su espacio. “Las plazas son para los niños y no para delincuentes. Si alguien se tenía que ir de ahí, eran los malandrines”, sentencia Isabel Fernández, que vive en la calle Los Fueguinos. Ese acto simple, pero valiente, de llevar a sus tres hijos a jugar fue uno de los primeros pasos para la renovación de la villa. Como ella, muchos otros residentes hicieron lo mismo.

Ahora, cada vez que ven a alguien extraño, se corre la voz, se le pregunta quién es, qué hace ahí y “así los que andan haciendo cosas malas se van”, cuenta. También, el patrullaje de seguridad ciudadana va siendo guiado por los “datos” de los vecinos.

El corazón de la población es el centro comunitario Diaguitas, otrora un sitio desocupado donde hoy se organizan actividades recreativas y talleres, hay una biblioteca y brinda capacitaciones y apoyo por medio de estudios.

La oferta de servicios del sector la completan tres colegios que han alcanzado el nivel de “excelencia académica”, la multicancha Fueguinos, el estadio municipal de Las Condes y el consultorio Aníbal Ariztía. A ellos se suman los típicos almacenes en las casas, donde se encuentran desde alimentos hasta mueblistas y cerrajeros.

Y aunque sus viviendas no se comparan con las construcciones más acomodadas que abundan en el resto de la comuna, los vecinos valoran su población. Tanto, que cuando inmobiliarias golpean su puerta para comprar sus terrenos, éstos responden con un rotundo no. “Estamos bien ubicados, y por eso vienen empresas una vez a la semana a ofrecernos comprar nuestras casas. Pero no nos queremos ir”, comenta Carolina González.

El alcalde Francisco de la Maza explica que “aun cuando las propiedades no son de calidad, lo que ofrece el entorno es tan bueno que la gente lo valora y no cambiaría eso por nada”.

Según cifras del municipio, en los últimos diez años la plusvalía del sector ha aumentado en 300%. “Aun sin hacer cambios en el plan regulador, hay un creciente interés de inmobiliarias por estos terrenos, y eso se entiende por la ubicación y porque en cuanto a servicios no tienen nada que envidiar a los otros sectores de Las Condes”, opina.

Por eso el municipio pretende construir en Colón, a la altura del 9000, un spa para los vecinos y un centro de día para adultos mayores como el inaugurado en Reina Astrid 879, al otro lado de la comuna.

Ni la Subsecretaría de Prevención del Delito ni Carabineros tenían cifras disponibles sobre la tasa de delitos en la población. Pero en el municipio aseguran que la sensación de seguridad ha aumentado.

Con todo, la presencia de drogas y alcohol en sus calles sigue siendo un tema. “Legalmente no podemos hacer nada más que tener custodiada el área”, cuenta el edil. La plaza central, donde se produce mayormente el consumo en las noches, es vigilada por seguridad municipal, pero no es la solución al problema.

Una forma de enfrentar estos episodios es el programa de vigilancia vecinal compartida con guardias que pagan la comunidad y el municipio. Desde este año, también, dos vecinas nombradas como delegadas del barrio reciben capacitación en Carabineros y la PDI, y transmiten después lo aprendido a los residentes en la villa.