Universidad de Santiago renovará sus áreas verdes con 150 árboles y 10 piletas

El objetivo del proyecto es compensar el impacto ambiental que la universidad ha generado en sus 163 años de existencia.

Por Evelyn Briceño, La Tercera.

Desde lo alto, el predio de 32 hectáreas que ocupa la Universidad de Santiago (Usach), en la comuna de Estación Central, se ve bastante verde. Sin embrago, para el investigador y académico de la Facultad Tecnológica, Lucio Cañete, no es suficiente.

Por eso, desde mayo pasado trabaja junto a su equipo en el proyecto Restauración Ecosistémica Interna (REI). Este consiste en plantar 150 árboles y construir una decena de piletas para que la casa de estudios compense el impacto ambiental que ha generado en 163 años, desde que naciera como Escuela de Artes y Oficios.

En el escenario ficticio de que la Usach no existiera, en ese paño habría una llanura de espinos con presencia de cientos de ejemplares nativos (como boldos y quillayes) y pequeños humedales. Sería, además, el hábitat de algunas aves rapaces, como peucos.

Los árboles ayudarían a capturar el dióxido de carbono (CO2) de la ciudad, los charcos permitirían regular la temperatura y los pájaros cazarían especies nocivas, como los ratones.

“Queremos definir y volver a ese estado de referencia pre universidad. Así, hacer más verde el entorno, recuperar flora y fauna y, de paso, mejorar la estética de los espacios públicos de la institución”, resume Cañete.

Otra característica que tendría el terreno sin la Usach sería una cubierta herbácea en el suelo, la que también cumpliría la función de amortiguador térmico.

Los investigadores concluyeron que la manera más fácil de recrear esa función es revestir fachadas y techos con vegetales, cuando sea posible. Si no, pintar con productos capaces de cumplir artificialmente esa tarea.

Entre las especies que se plantarán está el espino, que captura el CO2 de forma más rápida.

La idea es ubicar los ejemplares en lugares del campus donde actualmente hay poca vegetación, como las áreas cercanas a los estacionamientos de vehículos.

Los charcos artificiales en forma de pileta, en tanto, tendrán unos 180 m2 y estarán en lugares aún no definidos por el equipo a cargo de la investigación.

El proyecto contempla también la instalación de casetas en árboles y entretechos para que regresen las aves rapaces.

“Hay que estudiar muy bien dónde y cómo serán estos paneles. La idea es que estas aves depreden roedores, palomas y otras plagas”, explica el investigador.

Estudiantes de a pie

Para hacerla más participativa, la iniciativa también considera un programa para lograr que un 10% de los alumnos (que son 16 mil), sobre todo los que viven en comunas cercanas, camine a la casa de estudios en vez de usar auto, metro o bus. Hasta el momento, al menos 30 jóvenes ya toman parte.

Según Cañete, lo único que tienen que hacer es llenar una ficha y permitir que se les monitoree. “Podrán caminar siempre que haya buenas condiciones meteorológicas y de calidad del aire”, agrega.