Locatarios de la Alameda gastan casi $100 millones semestrales en combatir grafitis

Vecinos inician cruzada para terminar con los rayados a comercio, casas particulares y edificios patrimoniales:

Cansados de gastar dinero en borrar dibujos e insultos que al día siguiente reaparecerán, piden elevar la sanción para quienes cometen este vandalismo.

Por Nadia Cabello, El Mercurio.

Pintan y les rayan. Pintan nuevamente y les vuelven a rayar. El ritual es el mismo cada dos semanas, a veces menos: vecinos y comerciantes de la Alameda deben comprar pintura, tomar sus brochas y tapar los grafitis que una y otra vez aparecen en las fachadas de sus casas y negocios.

Aburridos, locatarios y residentes agrupados en la “Corporación Calle Dieciocho”, en conjunto con la Universidad Iberoamericana, hicieron un sondeo y preguntaron en los locales de microempresarios emplazados en la Alameda, entre Estación Central y Plaza Italia, cuánto gastan semestralmente en mantener sus fachadas limpias.

En el catastro no se tomaron en cuenta las sucursales de grandes tiendas ni bancos e instituciones financieras. Tampoco se incluyeron los negocios ubicados en las calles perpendiculares a la Alameda y que a simple vista también sufren este flagelo.

La cifra final les sorprendió.

“En seis meses, 200 locatarios gastamos en total $94.941.250 en tapar los rayados. Es mucha plata, que tiene que salir de nuestros bolsillos y de nuestras ganancias. Da una rabia enorme, sobre todo porque cada vez que compramos pintura sabemos que no será el último tarro”, afirma el presidente de la corporación, Zacarías Alarcón.

El decano de la Facultad de Administración y Negocios de la casa de estudios, Sergio Becerra, concuerda: “La cifra es impresionante, porque si bien uno siempre ve gente pintando, no se imagina que eso lo hacen dos veces al mes en cada local”.

Alarcón dice que, pese al costo económico que esto representa, están obligados a hacerlo, “porque si no la gente no entra al local. Lo ven feo por fuera y no compran. O sea, además de lo que gastamos en pintura, hay un monto incalculable de lo que dejamos de vender”.

Eso, sin contar los contenidos ofensivos e incluso amenazantes que se encuentran en las fachadas, incluso al día siguiente de que han pintado.

De ello puede dar fe Héctor González, dueño de un negocio de artículos religiosos en Alameda 1632, en cuya puerta la mayoría de los rayados consisten en “cruces al revés o cosas más satánicas, porque se desquitan con uno por quizás qué problemas tienen con la religión”.

Mano dura

Para revertir esta situación, que también afecta a edificios patrimoniales como el Palacio Ariztía en Alameda 1642 -que se convertirá en la futura sede del Tribunal Constitucional-, los vecinos piden que rayar la propiedad pública se tipifique como un delito. Hoy, quienes son sorprendidos haciendo grafitis sólo deben pagar una multa.

“A nadie se le ocurriría ir a rayar Costanera Center. En Lima o Buenos Aires, la gente no hace esto. ¿Por qué aquí sí? Porque hay una mano más dura (en esos lugares) y a eso invitamos a parlamentarios y alcaldes, a ponerse firme contra este problema que ensucia nuestra ciudad”, asevera Becerra.

Pero los vecinos no sólo piden mano dura. Reconocen que en algunos casos se pueden lograr murales artísticos con la ayuda de grafiteros que terminan siendo un aporte a la ciudad, en lugar de un problema.

“Ahí hay que apoyarlos. Muchas veces niños en riesgo social encuentran una vía de escape en los grafitis , entonces hay que darles espacios para que puedan desarrollarse. Pero que sea arte y no vandalismo, como el que vemos a diario”, opina María Linares, vecina del centro.

$15

millones ha gastado la Comunidad Cardenal Samoré en pintura este año, el local que más invirtió.

$32

mil gastan al mes aproximadamente en pintura los locatarios de Santiago Centro.

$50

mil como mínimo al día les cobra una persona por pintar la fachada de un edificio.

“Yo pinté el viernes y ayer ya amanecí con la fachada rayada. Es una pesadilla de nunca acabar y no puedes hacer nada”.
HÉCTOR GONZÁLEZ
VENDE ARTÍCULOS RELIGIOSOS

“El año pasado hubo mucho rayado, pero este año es más y no ha habido tanto show de estudiantes. No se entiende esto”.
MARTA BARRIENTOS
LOCATARIA DE CALLE DIECIOCHO

“Aquí se podrían usar las cámaras de vigilancia y se sabría quién rayó. Las autoridades tienen que poner de su parte”.
ZACARÍAS ALARCÓN
DUEÑO “DONDE ZACARÍAS”

“Yo sé que en otros sectores el municipio ha entregado pintura a los vecinos. Aquí podrían hacer lo mismo”.
ANTONIO AMPUERO
LOCATARIO ALAMEDA CON REPÚBLICA