Autoconstrucción: la fórmula para reparar casas en isla Mocha

Debido a daños causados por el terremoto y el maremoto del 27-F

Damnificados recibieron subsidio para comprar materiales y ayuda a trasladarlos a la zona.

por SEBASTIÁN HENRÍQUEZ, El Mercurio

“Hoy día estaba demasiado malo. No se puede”, dice Carlos Yévenes, habitante de isla Mocha, en el Biobío. El buque “Piloto Pardo”, de la Armada, está a la gira frente a la isla, pero los pescadores de la zona deberán esperar para traer a tierra las 50 toneladas de materiales que carga la nave para reconstruir los daños que dejó el 27-F en el poblado. El viento levantó una marejada que hace riesgosas las maniobras de descarga.

Como el “Piloto Pardo” no puede atracar en el único muelle -distante a 11 horas de navegación desde Talcahuano-, la carga debe ser bajada a los botes de los pescadores, quienes la llevarán a la orilla.

La operación es riesgosa. A tal punto, que el lunes el ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez Mackenna -quien visitó la isla junto a su par de Defensa, Andrés Allamand-, calificó los trabajos que se realizan en la zona como los más complicados de llevar a cabo después del archipiélago Juan Fernández.

Cuando las condiciones mejoren -lo que hasta ayer no ocurría-, los bultos serán izados al muelle con cuerdas. Allí, las 40 familias que perdieron sus viviendas los subirán a sus carretones, único medio de transporte adaptado al precario único camino, para llevarlas a sus terrenos.

El aislamiento de la isla Mocha ha dificultado las tareas de reconstrucción. Hasta ahora sus habitantes han vuelto a levantar sus casas por cuenta propia y de manera precaria, con los materiales que han logrado trasladar a la zona.

Para mejorar esta situación y sortear las dificultades del traslado de materiales a la isla, Vivienda pidió ayuda a la Armada, que facilitó el “Piloto Pardo”. En la nave se enviaron madera, techos, aislantes, cemento y herramientas.

Estos materiales fueron comprados por los isleños gracias a un subsidio de 300 UF que se entregó a los damnificados para la autoconstrucción. A esto se sumará el apoyo de la ONG Proyecto Propio, que entregará asistencia técnica en materias de urbanización y áreas verdes. También se evalúa enviar efectivos de la II Zona Naval como apoyo para levantar las casas.

Y para evitar retrasos, ante la cercanía del invierno, se contrataron los servicios de la barcaza “Santa Sofía” para que la carga pueda llegar directamente al muelle sin correr riesgos. Aún resta por llevar a la isla más de 800 toneladas de materiales, lo que requiere de unos 15 viajes.

La misma solución -una barcaza- estudia el Ministerio de Obras Públicas para trasladar al lugar la maquinaria pesada necesaria para mejorar el camino. Una necesidad largamente postergada, asegura el presidente del sindicato de los pescadores, Jaime Arrate.

En la isla están conscientes de que la autoconstrucción es la alternativa para avanzar, pero los isleños afirman que también requieren apoyo en otras áreas.

“Sabemos que cuando uno postula a una casa en cualquier parte, le entregan la llave no más, pero aquí no (…) Vivimos de la pesca y ha estado súper malo. Que nos den las casas es muy bueno, pero necesitamos que nos ayuden a parar la olla”, dice Francisco Moya.

Otros, como el pescador Jaime Herrera, piden contar con una barcaza permanente y mejoras estructurales. “Queremos romper este aislamiento, y es importante para nosotros que se mejore la caleta, y que arreglen el camino”, afirma.

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“ARREGLOS VIALES”

En la isla se extraen cerca de 200 mil locos por temporada. Sus conchas se usan para arreglar los baches del camino.