Buenos Aires se convierte en una de las ciudades más caras y más baratas del mundo

Los “bolsillos” que circulan por Buenos Aires se están viendo afectados por una paradoja propia de medidas económicas actuales. Mientras las gangas derivadas de los subsidios estatales han convertido a la capital argentina en una de las más baratas, las trabas a la importación y los mayores costos operativos en materia de arriendo han disparado el precio de productos como la ropa o los de tipo electrónico.

Así, tanto los rubros que tienen tarifas subsidiadas -electricidad, gas o transporte público- como los que poseen un alto nivel de intervención oficial en la formación de los precios -cigarrillos- presentan precios mucho más asequibles que en otros países. Según un estudio de la consultora Montamat & Asociados, el metro cúbico de gas natural, que en Argentina cotiza a poco más de US$ 0,6, en Chile alcanza los US$ 1,3 y en Brasil roza los US$ 8.

En cuanto a la tarifa del metro, mientras en Santiago se desembolsa por un billete en hora punta US$ 1,37, los bonaerenses solo pagan US$ 0,56. Además, un restaurante argentino de categoría intermedia, cobra por un buen “bife” cerca de US$ 24, mientras que en países como Chile, el precio es superior.

En el otro extremo, una chaqueta de cuero natural puede llegar a alcanzar los US$ 2.456 y un televisor LED de 32 pulgadas cuesta US$ 966, cuando en una ciudad con reputación de cara, como Nueva York, pueden adquirirse por US$ 1.495 y US$ 400, respectivamente.