Expertos aconsejan reforestación natural de Torres del Paine

Norteamericanos dicen que regeneración es prioridad. A dos meses de incendio aparecen primeros signos.

por Consuelo Argandoña La Tercera

Aunque aún persiste el olor a humo en algunos sectores y las cenizas son parte de ciertos senderos, prácticamente se ha retomado la normalidad en el Parque Torres del Paine. A dos meses del incendio que consumió 17 mil hectáreas, la vida en el parque nacional ya volvió a girar en torno a los mil turistas que están visitándolo cada día, y otros centenares que se alojan en campings y hoteles.

Pero las huellas del incendio son ineludibles y se muestran totalmente opuestas a las imponentes torres y verdosos lagos, cambiando a un paisaje desolador en algunos sitios.

En un recorrido realizado junto a la gerencia de áreas silvestres de Conaf se puede ver que, no obstante el daño ecológico, los bosques comienzan a exhibir los primeros rebrotes de vegetación. “Después de estos grandes incendios, en el entorno tenemos un paisaje bien negro en las primeras semanas y poco a poco comienza a retomar la tonalidad del parque. He visto rebrotes en la cubierta herbácea y también se ha ido limpiando el follaje de los árboles, y uno quizá puede evidenciar menos daños de los que en un principio podíamos observar desde el aire”, explica Guillermo Santana, administrador del parque nacional.

Desde el lago Grey hasta Pehoé, donde se inició el incendio y uno de los senderos más turísticos, el paisaje es dispar en 11 kilómetros de camino de montaña, y sorprende que gran parte del bosque de lenga, afectado por el incendio, mantenga sus hojas. Bosques de ñirres ya muestran signos de regeneración por raíz.

Informe de EE.UU.

Este es uno de los aspectos que destaca el informe de los cuatro expertos norteamericanos de Baer, equipo de respuesta de incendios forestales del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos, que visitaron la zona tras el incendio para determinar los daños.

De acuerdo a su reporte, la principal recomendación es dejar la recuperación natural como la primera alternativa de reforestación, salvo los árboles de lenga en los sectores más críticos. Y así pretende hacerlo la Conaf.

Según el gerente de áreas protegidas, Eduardo Katz, que recorrió el lugar, se puede presumir que 20% de los árboles quemados tiene un daño irremediable, mientras que otro 20% ya muestra los primeros rebrotes y un 60% tendría posibilidades de sobrevivir. “Se ve que la naturaleza ya comenzó a hacer su trabajo y la dejaremos hacerlo, ya que podemos ser menos eficientes reforestando, sin considerar el proceso regenerativo”, explicó Katz.

Para los norteamericanos, una recomendación esencial es tomar la experiencia de los dos últimos grandes incendios -1985 y 2005- y, usando imágenes satelitales, analizar cómo se recuperaron los lugares afectados. También recomiendan la creación de un equipo de análisis y restauración tras incendios, además de la asociación con universidades.

Muchos de los visitantes se sorprenden con los contrastes del paisaje. “Es una pena tremenda realmente ver lo quemado, pero estuvimos en la base de las Torres, en los cuernos, donde es maravilloso, y hace que la experiencia sea increíble”, dijo Henry Sepúlveda.

La reforestación será analizada en cuanto a zonas críticas, pero ya está asegurada con un convenio entre la Conaf y Fundación Patagonia Sur, que financiará la plantación de un millón de árboles para reforestar Torres del Paine y otras cuatro unidades de parques en la Región de Aysén. De esta cifra, la Conaf espera reforestar, al menos, 20 mil árboles en mayo en Torres del Paine, mientras que en 2013 se pretende plantar otros 150 mil árboles.

Producción de plantas con sistema checo

Para producir las 170 mil plantas que pretende reforestar Conaf en los dos primeros años, se utilizará principalmente el vivero de Puerto Natales, instalado por la República Checa tras el incendio del 2005. Este cuenta con una tecnología más rápida de producción, que será también utilizada en esta ocasión. Se trata del sistema Patrick, donde las plantas son puestas en celdas compactas que permiten una producción y transporte más rápidos. El vivero tiene tres naves, para almacenar 64 mil plantas cada una.