Los costos de la vida que enfrenta una familia aysenina

La leña y el pan son los bienes más requeridos y en los que los habitantes de la zona invierten buena parte de su presupuesto.

por Andrés López La Tercera

El pescador artesanal Dagoberto Castillo (49) siempre ha sido un hombre de mar. Desde hace 14 años vive en una casa en la zona de Ribera Sur de Puerto Aysén, junto a su esposa, Jeannette Ortiz (40). Ambos tienen dos hijos, Yanara (5) y Julián (9).

Su casa tiene dos pisos y es de madera, como la mayoría de las viviendas de esa ciudad. La calefacción es esencial para no sucumbir ante las fuertes lluvias, la nieve y el frío que existen durante el año. Aquí surge el primer problema que los habitantes de Aysén han manifestado a los personeros de gobierno que visitaron la zona: el precio de la leña.

Según Castillo, en su casa tiene una estufa y una cocina a combustión, puesto que la calefacción a gas es muy cara: un galón puede llegar a costar $ 17.000. “La leña en estos momentos está a $ 25.000 el metro cuadrado. Por los niños, uno no puede estar con temperaturas bajo cero en la casa. En el verano, uno gasta unos tres metros al mes ($ 75.000) y en el invierno son seis ($ 150.000)”, dijo. Agregó que para poder paliar el alto costo de la vida debe salir por temporadas de tres meses a pescar merluza en Puerto Cisnes y así ganar cerca de $ 200.000 al mes. “El precio de la bencina está casi a $ 1.000 y el kilo de merluza que les vendemos a las empresas está a $ 800. La parte más cerca del criadero está a ocho horas y nosotros usamos motores de dos tiempos, que son gastadores de bencina. Por eso es la lucha por la rebaja de combustible, porque no nos alcanza”, explicó. Mientras Dagoberto Castillo se ausenta por estos largos períodos, su mujer debe hacerse cargo de los niños y los gastos de alimentación. Ella no trabaja, pero a veces hace “pitutos” para llegar a fin de mes. Los sueldos de la gente de la zona, en promedio, fluctúan entre los $ 180.000 y $ 300.000.

“En general, siempre comemos sopa de lo que haya. De repente uno compra una cazuelita y la tiene que hacer durar por medio de porciones chicas, igual que el pollo, dado que el kilo cuesta más de $ 2.000. Cuando comemos carne compramos huesos por $ 700, porque el kilo de posta está a $ 8.000”, dijo Jeannette Ortiz.

Otro de los alimentos que consumen en gran cantidad los ayseninos es el pan. El kilo de panadería cuesta más de $ 1.000. Por eso “yo tengo que comprar harina y hacer pan. El saco de 20 kilos sale $ 12.000 y hay que comer poquito para que dure el mes. Para un pescador no es fácil salir a la intemperie y pasarlo mal por no comer. Uno como dueña de casa tiene que hacer durar el alimento como sea”, manifestó Ortiz.

En el caso de las cuentas de luz y agua, el promedio por cada boleta es de $ 22.000. Castillo explica que con todos estos gastos le quedarían poco más de $ 50.000. Es por eso que decidió extender sus temporadas de pesca, sacrificando el tiempo con su familia. “Acá no hay ninguna persona que no esté endeudada. No sé qué va a pasar con el colegio de los niños, porque no salgo desde enero”, señaló.

Ese sacrificio, lejos de cuestionarlo, su esposa lo apoya, entendiendo lo difícil que es sobrellevar los gastos para las familias de la zona. “Lo más complicado es cuando no hay pesca, porque te duele cuando tus hijos te piden y no tienes”, reflexionó emocionada.

Las ciudades más caras

Un nuevo Indice del Costo de la Vida de la Universidad del Desarrollo aseguró que Coyhaique, capital de la Región de Aysén, es una de las más caras en cuanto a transporte, vestuario, gas y alimentación, superando incluso los valores en la Región Metropolitana en algunos ítems.

Para realizar este estudio, la UDD consideró una canasta familiar de un nivel socioeconómico ABC1, pensando en cuál sería el costo de reubicar a un ejecutivo en regiones, considerando los ítems anteriormente mencionados.

Este estudio toma en cuenta 14 ciudades a lo largo del país y mide el costo de los servicios básicos en esas localidades, tomando como zona promedio Santiago, la cual cataloga con 100 puntos; así, las zonas con menos de 100 puntos son más baratas que Santiago y las que lo sobrepasan, más caras.