¿Surgirá integración social a partir del desarrollo de Río de Janeiro?

Por Claudia Huerta, Escritora/Reportera del sitio web This Big City

“Me voy a Río”, “Acabo de regresar de Río”, “Quiero ir a Río”. Parece que donde quiera que voy escucho Río esto o Río aquello. Pero incluso antes de que la segunda mayor ciudad de Brasil se convirtiera en el supra hit, después de anunciarse que sería sede de la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, era conocido por sus fiestas de carnaval (que empiezan en febrero), sus barrios famosos de Ipanema y Copacabana, y su musica funk y samba Afro-Brasileña. La ciudad también era conocida por sus favelas, una forma de urbanismo informal, que fue una respuesta organica a la incapacidad del gobierno para proporcionar viviendas asequibles a los más pobres de los cariocas (habitantes de Río).

Río está creciendo rápidamente con aún más actividad que antes. Como preparación para los próximo grandes eventos, el cambio abunda y grandes planes han comenzado una transformación de algunos barrios de la ciudad. Algunos dicen que las promesas en Brasil por una mayor integración social, junto con la belleza impresionante de la ciudad, fueron claves para la victoria de Río de Janeiro para los Juegos Olímpicos. Sin embargo, de la manera en que se están produciendo los cambios, estos parecen ser más drásticos en el caso de los residentes de las favelas, ya que los proyectos de revitalización no necesarimente incluyen a las favelas en su condición actual, o con la legitimación de las propiedades de sus favelas que suma nuevos costos a sus residentes.

Por ejemplo, el futuro de la favela Morro de Providencia – establecida por más de 100 años y la más antigua de las favelas de Río de Janeiro – es incierto. Tal cual el plan incluye la favela en su conjunto, y a la vez 800 casas están programadas para la demolición para dar cabida a las nuevas infraestructuras que faciliten el aumento del turismo. En otros casos, las preocupaciones no son los desalojos, sino más bien los costos adicionales de los servicios y los impuestos asociados con la legitimación pueden ser demasiado onerosos para algunas familias, y lo cual pueda obligarles a moverse hacia otras favelas donde no ha llegado la legitimación.

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Podría decirse que hoy en día, el mayor desafío en los planes de desarrollo de Río de Janeiro es la integración. Las intervenciones deben ocurrir para no exacerbar las actuales segregaciones espaciales en Río de Janeiro, pero es cuestionable si la retórica de la integración por parte del gobierno, está siendo objeto de seguimiento con la acción real. Residentes de las favelas están empezando a organizarse en contra de demoler las acciones del gobierno y exigiendo ser tratados como ciudadanos de primera clase de la ciudad que tienen una voz en el proceso de desarrollo. Mientras que estan abiertos al cambio les gustaria que los incluyera, temen que los nuevos planes de sus barrios los excluyan y marginen aún más. Como se puede ver en el vídeo de arriba (en portugués), los residentes de la favela de Vila Autódromo están bien organizados. Han unido sus fuerzas para desafiar a los planes municipales y elaborar un proyecto alternativo con la ayuda de académicos y organizaciones no gubernamentales.

Más allá de los retos burocráticos, hay desafíos culturales que están mucho más arraigados en las perspectivas de la elite brasileña y que perpetúan las desigualdades subsistentes. Los retos culturales para la integración son muchos. Brasil fue el último país en abolir la esclavitud y sigue siendo un país altamente segregado. Por lo tanto, las soluciones para la integración deben tener en cuenta las realidades culturales en Río de Janeiro, pero también deben cambiar estas realidades. Después de todo, la esclavitud ha sido abolida desde hace muchos años y los tonos de las promesas hechas ante el Comité Olímpico, reconocen la necesidad de reducir la segregación social. En los próximos cuatro años y hacia delante, Río tiene que facilitar una mejor prestación de viviendas adecuadas para todos los segmentos de la población y una mejor incorporación de las necesidades de todos los residentes en el crecimiento de la ciudad. En su camino hacia la integración, Río debe considerar la integración de los mecanismos de mercado para producir viviendas a precios razonables a través de las políticas de vivienda de inclusión y desarrollar nuevas politicas para poder aumentar la tolerancia cultural e integración social. Como se observa en otros países, el camino hacia la integración social, los slums, la tolerancia racial y erradicación de la pobreza es un camino difícil. Pero creo que el Río del siglo XXI, está a la altura del desafío.

Imagen cortesía de Adam Reeder en flickr

Este artículo proviene del sitio para ciudades sustentables This Big City. Columna escrita por Claudia Huerta, traducida al español por Plataforma Urbana.