Incendio arrasa con el 90% del patrimonio natural e histórico del Parque Bucalemu

Origen del fuego se habría provocado por el choque de cables eléctricos al igual que otro siniestro de 2010. Autoridades evalúan iniciar acciones legales contra una empresa.

por Hernán Cisternas El Mercurio

“Es una tristeza ver el panorama desolador sin que uno nada pudiera hacer por retener el fuego. En menos de una hora la mitad del parque estaba en llamas”, cuenta Hugo Díaz, concejal de Santo Domingo, quien además trabajó por 30 años en el Parque Bucalemu, destruido en 90% por el incendio que lo afectó la tarde del domingo.

Díaz dice que de poco valió el esfuerzo de los vecinos que con palas, rozones, ramas y motosierras trataron de frenar el avance de las llamas antes de que llegaran los brigadistas.

El incendio forestal afectó al extremo surponiente de Santo Domingo, a 75 km del balneario, y destruyó 19 de las 20,7 hectáreas del recinto, uno de los patrimonios históricos y paisajísticos más importantes de la comuna y que desde 1978 es del Ejército.

Sus jardines contaban con 130 especies exóticas, bosque nativo conservado y protegido desde la formación de la hacienda colonial, destinada en 1590 al capitán Sebastián García Carreto y Chumacero en reconocimiento del Rey Carlos III a su esfuerzo en la conquista.

El Parque fue construido en 1865 por el paisajista francés Guillermo Renner, por encargo de Claudio Vicuña, ministro del entonces Presidente José Manuel Balmaceda, y poseía entre otras especies, diez variedades de palmeras (mexicanas de oja azul, finas de abanico, californianas de abanico), cedros del Líbano, araucarias brasileñas, encinas, pinos de las islas Canarias y cedros italianos.

El mayor Fiegfried Heydel, del comando de Bienestar del Ejército y jefe del Parque, indicó que el fuego se inició en unos cables de alta tensión de la empresa Emelectric, que pasan por fuera del recinto pero dentro de un terreno militar.

Esto fue confirmado por el ex alcalde Fernando Rodríguez Vicuña, propietario del fundo San Jorge (también afectado por el siniestro), quien señaló que hay imágenes que testimonian el origen. Rodríguez Vicuña recordó que hace dos años se produjo otro siniestro en la zona a raíz de la misma causa, atribuida a problemas de mantención y mal manejo del tendido eléctrico. En el incendio de 2010 Emelectric tuvo que indemnizar a seis propietarios afectados por el fuego.

El edil Fernando Rodríguez Larraín (hijo del ex alcalde y tataranieto de Claudio Vicuña), afirmó que la reiteración de este hecho refleja una “irresponsabilidad de la empresa”, por lo que la municipalidad y el Ejército evalúan iniciar acciones legales.

Paisajistas y descendientes del creador del recinto lamentan el daño irreparable

En 1873 el francés Guillermo Renner llegó a Chile mandatado por Benjamín Vicuña Mackenna, para crear grandes espacios que embellecieran Santiago. Desde entonces, el nombrado Director General de Plantaciones construyó numerosos jardines públicos y privados, entre los que destacan el Parque Cousiño (actual Parque O’Higgins), el Parque Forestal, la remodelación de las plazas de Armas de Santiago y Talca. Reconocido como el “padre de los jardines nacionales”, falleció en junio de 1924 dejando además como legado los jardines del Congreso, el Club Hípico y de las haciendas Llano Subercaseaux, Peñaflor y Bucalemu.

Sus descendientes no podían dar crédito a la noticia del incendio. La paisajista Sylvia Renner lo lamenta “como chilena sobre todo, porque cada vez nos vamos quedando con menos áreas verdes”.

“Ni siquiera quedan los planos originales del parque. En esos tiempos se trazaban en paños de algodón y las hijas mujeres de Guillermo los lavaron para hacerse pañuelos”, agrega. Sylvia recuerda también que su padre le contaba que la construcción del parque requirió que durante un año carretas transportaran tierra de buena calidad hasta Bucalemu. “Eran nuevos ricos, que traían arquitectos de Europa para ser aceptados en una sociedad cerrada como la chilena”, asegura.

La bisnieta del francés señala que era tal la identificación del paisajista con el parque que entre militares y lugareños corría la leyenda de que un hombre de sombrero se aparecía por el lugar. “Decían que era su ánima, que venía a ver su parque”, relata.

Víctor Renner, empresario del sur y otro de los bisnietos, recuerda que hace tres años visitó el parque junto a Ismael Vicuña, descendiente de Claudio Vicuña, el propietario del terreno que contrató a su bisabuelo. “En medio de bromas, él me decía que mi abuelo había sido jardinero del suyo, lo recorrimos. El parque estuvo bien mantenido mientras estuvo el gobierno militar y luego había caído en un abandono que nos parecía que se estaba revirtiendo”, dice.

La diversidad de especies adaptadas al suelo de la zona central es la mayor pérdida que lamenta el paisajista y docente de la U. Finis Terrae, Ramón Méndez Brignardello. “Los jesuitas trajeron especies como el álamo, que fueron evolucionando y aclimatándose”, destaca.

Se perdió un “diseño único”

“Desapareció un diseño precioso y único”, lamentó el alcalde Rodríguez. El fuego no sólo arrasó con el centenar de especies, sino que también con senderos y el hábitat de 70 pavos reales, que lograron salvarse, pero ahora quedaron desprotegidos frente a los depredadores naturales de la zona.

En el recinto además hay miradores, piscinas, puentes colgantes y esculturas que rodean la casa colonial. Todas estas instalaciones se salvaron del fuego.

Pese a ello, enfatiza que apenas comenzó el siniestro, el Ejército alertó a su Escuela de Ingenieros (en San Antonio), la Conaf, siete compañías de Bomberos y a la municipalidad que en tres horas controlaron el fuego.

Según explicó el mayor Heydel, el parque tenía 20 jardineros, pero como estaba cerrado por los daños del 27-F, sólo había tres personas a cargo del cuidado.

Con la destrucción se pierde una parte de la historia del país, pues tras su primera entrega, el parque pasó a manos de los jesuitas en 1610, luego lo adquirió Pedro Fernández de Balmaceda y en 1865 Claudio Vicuña.

La casona ha sido además refugio de cuatro presidentes. Ahí nació José Manuel Balmaceda, estuvo Claudio Vicuña cuando fue Presidente electo (no asumió a raíz de la guerra civil), vivió Emiliano Figueroa y lo frecuentaba el general Pinochet.

Las autoridades evalúan los daños para ver cómo recuperar parte de su patrimonio.