Proyecto busca resucitar antiguo recorrido de tranvía por la capital

En una primera etapa, la idea es reutilizar los más de 2 kilómetros de rieles que quedan en calles como Catedral y Agustinas.

por Cristián Labarca La Tercera

En 1959, la Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETCE), operador de los tranvías eléctricos de Santiago desde 1945, cerró definitivamente el sistema que los santiaguinos usaron para desplazarse durante 60 años. Sin embargo, una de estas añosas máquinas podría volver a circular por la ciudad.

Se trata del tranvía 757, fabricado el 22 de junio de 1931 por la empresa J.G. Brill Company, de Philadelphia, EE.UU., a petición de la Compañía Chilena de Electricidad. Ese es el modelo que la ONG llamada Centro de Estudios Instituto Ferroviario rescató con dinero conseguido a través del Fondart en 2008 y que quiere volver a poner en marcha apenas consigan el resto del financiamiento.

Lo primero que hicieron en 2007 fue visitar experiencias similares en Sudamérica: el Tranvía Histórico de Caballito (Buenos Aires) y el Bonde Turístico de Santos (Brasil): “Un proyecto que revolucionó la forma de complementar turismo y patrimonio en dicha ciudad”, asegura el presidente del Instituto Ferroviario, Santiago Vera Bustamante.

También tomaron contacto con el Museo de la Electricidad de Lima, Perú, donde operan un pequeño tranvía histórico en el barrio bohemio de Barranco.

“En todas esas experiencias, este sistema de transportes es financiado por entes estatales en conjunto con asociaciones o empresas privadas”, asegura Vera.

El segundo paso ese mismo año, fue la elaboración de un catastro que indicó que la comuna de Santiago aún contaba con el 98,7 % de sus rieles sobre las calles; es decir, con unos 21 kms. Sin embargo, en 2008 -según cuenta Vera-, como consecuencia de las obras de pavimentación de calles para el Transantiago, se perdieron cerca de 5 kms. (en calles como Lira y Carmen). Por lo tanto, los cerca de 15 kms. que aún están intactos se concentran dentro del perímetro Balmaceda, Matucana, Alameda y Autopista Central; es decir. los barrios Brasil y Yungay.

Allí, el Instituto Ferroviario proyectó la primera etapa (ver infografía) de un trayecto turístico “que permita al visitante recorrer el barrio fácilmente, subiendo y bajando del carro en las zonas de interés”, dice Vera.

Dos rutas en estudio

El tranvía 757 transitó por las calles adoquinadas de Santiago entre 1932 y 1957, hasta que en 1958 fue dado de baja y comprado por un particular, el que lo convirtió en “casa de veraneo” en la Laguna de Zapallar y lo dejó a la intemperie durante medio siglo, desde 1958 al 2008, el año en que lo adquirió el Instituto Ferroviario.

La propuesta de esta ONG es utilizar las vías que aún están en Agustinas, Catedral, García Reyes, Huérfanos y Chacabuco. Sólo se necesita completar el circuito desaparecido en calle Riquelme, que alcanza los 350 metros y que conectaría Catedral con Agustinas, además de un tramo de esta última. Luego el circuito cruzaría Matucana, para llegar hasta el Museo Ferroviario de Quinta Normal.

“La idea es convertir al tranvía en el eje vertebral de la Zona Típica Yungay y más adelante (con el segundo tramo propuesto) unir los dos grandes pulmones verdes de Santiago: la Quinta Normal y el Parque O’Higgins”, explica Vera.

El financiamiento es siempre un obstáculo para el promotor de este proyecto. Mediante el Fondart obtuvieron sólo $ 7.500 millones. Con eso compraron el carro 757 en la Quinta Región y lo trasladaron arriba de un camión a Santiago. “Le dimos una reparación preventiva (frenar el proceso de oxidación). Pero poner el 757 sobre las vías de nuevo cuesta unos $200.000 millones”, explica Vera.

Ello, sin considerar que se necesitan aún más recursos para dotar al aparato de un motor diésel, “siguiendo la línea del Galveston Island Transit de Texas, EE.UU., que funciona así y que evitaría volver a la costosa infraestructura eléctrica”, agrega.

Para llegar a buen puerto, en noviembre de 2011 el instituto congregó al Metro de Santiago, Sernatur, el Consejo de la Cultura (CNCA), el Museo Ferroviario y la Municipalidad de Santiago, para que en conjunto formaran la Mesa del Tranvía de Santiago.”El objetivo es determinar fórmulas de financiamiento para un estudio de prefactibilidad técnica, económica y social de la idea. De ser aprobado por el gobierno regional u otro ente público, pasaríamos a la etapa de ejecución de una primera fase”, remata Vera.