Crisis y oportunidad para ciudades vivibles hoy

Imagen vía Flickr por Claudio Olivares Medina

Por Claudio Olivares Medina. Diseñador, fotógrafo y promotor de la cultura de la bicicleta. Editor de Ciclismourbano.info

La crisis es al mismo tiempo una oportunidad para mejorar, de dejar atrás las cosas que condujeron a una determinada situación de inestabilidad o malestar. En materia de transporte hay una crisis, manifestada por el exceso de vehículos motorizados en las ciudades. Un estudio de la Universidad de Chile concluyó que al año 2030 se desatará el caos vehícular en Santiago. Pero, ¿para que esperar 18 años? Tomemos la oportunidad de generar un cambio positivo, hacia ciudades más humanas hoy.

Hace unos días en la prensa se publicaron una serie de artículos relacionados con el aumento del parque de vehículos motorizados particulares en las calles de Chile. Por un lado está el argumento económico, ese que es favorable sólo para la industria del auto, lo que se cuenta como una buena noticia. En el otro, está el el punto de vista económico en materia de gastos por externalidades negativas que genera el exceso de autos en materia de salud física y mental, calidad de vida y espacio urbano. Aquí la información escasea, y dentro de este contexto cabe destacar un estudio de la Universidad de Chile, que concluye que al 2030 se desatará el caos vehicular en Santiago, llegando al nivel de congestión que hoy sufren ciudades como Sao Paulo o México DF.

Santiago está en estado crítico respecto a la congestión (y muchas otras ciudades del mundo). El exceso de autos particulares no ha hecho más que aumentar los tiempos de viaje de sus conductores y también de quienes utilizan el transporte público de superficie. Tal cantidad de congestión incorpora mayor ruido, estrés, siniestros y contaminación en la ciudad. Finalmente nadie termina pasándolo bien, todos salen perjudicados de una u otra forma.

Lo sensible aquí es que hoy, el estado de Chile, no es capaz de ver este problema y tomar cartas en el asunto ya mismo y evitar una agonizante espera (Esto porque para el estado de Chile, el automóvil particular y sus tiempos de viaje son prioridad).

Esperar significa 18 años más de estrés, muertes prematuras por contaminación, siniestros de tránsito… En mi opinión, esta crisis debe generarse hoy. Y con crisis me refiero a cambio, a la oportunidad que esta revolución representa y que consiste en dejar de pensar en máquinas y comenzar a pensar la ciudad desde las personas.

Recuperar el espacio urbano monopolizado por autos, sin duda será más caro y complicado de hacer el 2030 que si tomamos cartas en el asunto hoy, mientras aún hay algo de espacio para maniobrar. De esa forma lograremos detener el colesterol urbano antes de que tengamos la bomba explotando en nuestras manos. Ah. Y por si ya lo estás pensando, las autopistas no son la solución y menos el ensanchamiento de las calles. Más vialidad sólo atrae más autos.

Entonces, propongo las siguientes herramientas para transformar la crisis en oportunidad hoy, comenzando un cambio hacia una ciudad más humana y agradable para todos. No olvidemos que incluso los usuarios de automóviles se verán beneficiados si logramos eliminar el exceso de autos de las calles, porque con un uso moderado del auto, sus tiempos de viaje se verán mejorados.

Ampliación de veredas

Hoy por algunas calles ni de la mano se puede caminar. El peatón está condenado a esquivar postes, basureros y paraderos, entre otras cosas, cuando camina. Ampliar las veredas, reduciendo el espacio en calzadas solucionaría este tema.

Peatonalización de los centros más relevantes del Gran Santiago y tarificación vial.

Con esta medida se descongestiona de autos los puntos más concurridos de la ciudad, lugares en que la red de transporte público es densa. Más personas caminando significa una revitalización del comercio, menos ruido, menos stress.

Ñuñoa, Maipú, Providencia, Santiago, son algunas de las comunas con centros importantes y salvo Santiago centro, no cuentan con espacios peatonales.

Implementación de vías exclusivas para buses y sistemas BRT

Bajo el concepto de recuperación y redistribución de calzadas (el espacio destinado a la circulación de vehículos) la implementación de corredores especiales para buses bajo el concepto de BRT (Bus Rapid Transit: algo como un metro de superficie pero mucho más barato) ayuda a dar vía libre y contribuye a la mejora de tiempos de viajes y sobretodo a la fiabilidad del sistema, hoy tan poco confiable porque nadie tiene certeza de cuando pasará el bus y cuanto demorará en llegar a destino. Paradas definidas con zonas de pago, corredores exclusivos y un sistema de información al usuario fiable, son algunas características de esta estrategia.

Implementación de vías exclusivas para bicicletas

En la calzada, las personas en bicicleta tendrían prioridad. Quien viaje en bici encontrará vías libres de obstáculos y especialmente vías libres de gases y autos, quienes estarán confinados a un espacio menor al que tienen hoy, dejando la congestión y la alta concentración de malos humos, en el lugar que pertenecen. Las vías exclusivas de bicicletas al mismo tiempo funcionarían como elemento promotor del modo, al mostrarse en un flujo constante y fluido al lado del denso estancamiento del vehículo motorizado particular.

En conclusión, no debemos esperar 18 años más para comenzar a trabajar por una ciudad más justa, sana y vivible. No debemos esperar casi 20 años más para hacer del transporte un sistema igualitario, al alcance de todos. El cambio, con voluntad coraje y creatividad, lo podemos empezar hoy.

Fotografías: Carlos F. Pardo y Claudio Olivares Medina

Artículo original publicado en Arriba’e la Chancha