Bahía Salado y la termoeléctrica que destruirá una de las últimas playas vírgenes de Chile

En 2012 comenzará a funcionar la primera de seis plantas que contempla la termoeléctrica Castilla en Copiapó.

Este año, la aprobada hidroeléctrica Hidroaysén y la rechazada termoeléctrica Barrancones, en Punta de Choros, fueron protagonistas de la confrontación entre los intereses de protección del medioambiente y los de desarrollo energético del país. No obstante, un caso de similares características se ha mantenido un poco más al margen de la opinión pública. La termoeléctrica Castilla, que se proyecta como la más grande de Sudamérica, irrumpirá en uno de los ecosistemas más ricos de Chile.

Imaginen una playa de arenas finas y blancas, tan hermosa que ni el turismo se ha atrevido a intervenirla, y por donde sólo transitan pescadores artesanales que aprovechan las profundas, cristalinas y tibias aguas de 20°C. Imaginen que frente a esa playa, hay un islote donde vive la colonia de tortugas marinas más austral del mundo, acompañada de especies en estado de conservación vulnerable, como pingüinos Humboldt, Guanay, Gaviotas Garuma, Lagartijas y Guanacos.

Tal paraíso aún existe en la región de Atacama: la playa es Bahía Salado y el islote, Cima Cuadrada. Sin embargo, estos más de 2.000 metros de longitud pronto pasarán a ser parte del recuerdo de sus habitantes y de los turistas que lograron llegar a ella, pues a partir del 2012 comenzará la construcción de la primera planta de la termoeléctrica Castilla.

El mega proyecto se construirá en el sector de Punta Cachos, a 80 km. al sur de Copiapó, y abarcará un área de 1.760 hectáreas a 50 km. de la costa chilena. La termoeléctrica contempla la construcción de seis centrales; un depósito de cenizas de 125 hectáreas ubicado a 8 km. del pueblo de Totoral; y un puerto que recibirá el carbón a consumir.  En 2016 se espera que genere 2.350 MW. Para tener un parangón, su capacidad sólo es superada por Hidroaysén, que proyecta una generación de 2700 MW; mientras que en extensión, es cuatro veces más grande que Barrancones.

La empresa minera encargada del proyecto es MPX; filial del Grupo Brasileño EBX que presidie Eike Batista, quien este año fue rankeado por la revista norteamericana Forbes como la octava persona más rica del mundo, con un patrimonio valorado en $30 mil millones de dólares. La termoeléctrica para la cual el empresario invertirá $4 mil millones de dólares, recibió el 25 de febrero la aprobación unánime por parte de la Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama. Una de las condiciones que dictó la Comisión, fue una auditoría a la biodiversidad en Punta Cachos, la cual será financiada por la empresa y ejecutada por una compañía independiente.

El objetivo de Castilla es “proveer de potencia y energía eléctrica al Sistema Interconectado Central (SIC), además de respaldar la demanda de energía eléctrica de la región (…) Adicionalmente, el Proyecto considera la producción de agua desalada para satisfacer las necesidades de agua potable o agua industrial de consumidores de la Región”. Otro de los argumentos que defiende la empresa, es la construcción del primer puerto privado abierto de la Región que potenciará el comercio internacional de Copiapó y de Atacama.

Actualmente, ya está en operación la Central Térmica de Petróleo Diesel B, una planta piloto para la investigación y cultivo de algas y el depósito de cenizas. Para septiembre del próximo año se espera que entre en funcionamiento la primera Central de carbón.

Los obstáculos que derribó Castilla

Previo a la autorización de la termoeléctrica, ocurrieron dos momentos conducentes a la realización proyecto. En septiembre de 2008, MPX adquirió dos derechos de mineral de hierro y firmó dos contratos de opciones de adquisición referentes a otros dos derechos mineros, también de mineral de hierro. Dos meses después, la zona de Punta Cachos (donde se ubica Bahía Salado)  dejó de ser una Zona de Protección Ecológica cuando cambió el Plan Regulador de la comuna de Copiapó. En 2010, la Corte de Apelaciones de Copiapó acogió el recurso de protección presentado por la comunidad, que denunciaba la ilegalidad del cambio de categoría de “contaminante” a “molesto” por parte del Seremi de Salud. Sin embargo, ningún intento por paralizar la termoeléctrica prosperó.

La inminencia de la central de generación termoeléctrica de carbón más grande de Sudamérica ha repercutido en la población cercana a Bahía Salado y en agrupaciones medioambientales. Organizaciones como el Comité Ambiental, Junta de Vecinos Bahía Inglesa, Mesa de Atacama en contra de la Termoeléctrica, Comunidad de Totoral, Junta de Adelanto y Defensa del Borde Costero de Atacama y Atacama Sin Carbón, entre otras, han manifestado su profundo rechazo. En una declaración que estos actores hicieron al Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), se destaca que el puerto encargado de abastecer de carbón a la industria, no fue incluido en el estudio de impacto ambiental del proyecto.

Vía chilesintermoelectricas.cl

Otro antecedente de la aprobación de la termoeléctrica, es la luz verde que dio la Contraloría para que la nueva Comisión Regional de Evaluación Ambiental pueda dirimir proyectos antiguos y polémicos como el presente caso. De esta manera, se dejó sin voz ni voto a los Consejeros Regionales, los gobernadores y los titulares regionales de Educación y Bienes Nacionales, en su mayoría opositores a la central.

El tesoro que hay que cuidar ‘como si fuera nuestro’

La zona de Punta Cachos alberga a de uno de los ecosistemas más ricos de Chile. Dentro de la fauna se puede encontrar a la colonia de tortugas marinas más austral de mundo. Foto: OCEANA.org

La instalación de termoeléctricas de carbón tiene antecedentes como el caso de Ventanas, que fue declarada “zona saturada de contaminación” en 2003, y que según el Centro de Estudiantes de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables de la U. de Chile, la recuperación de los suelos del valle de Puchuncaví, donde está emplazada la termoeléctrica, tardaría cerca de 500 años.

Otro de los tesoros de la zona es el fenómeno único en el mundo: el desierto florido, y que también sería intervenido por el paso de líneas de alta tensión de la termoeléctrica.

Pesqueros, científicos y habitantes de la zona, están conscientes del daño. La emisión de CO2 de la región aumentará cinco veces, producto del uso del carbón como combustible para la termoeléctrica, la cual es la opción más contaminante que existe y que, por lo mismo, está obsoleta en Europa. El mismo Presidente de la República, Sebastián Piñera, conoció de cerca esta realidad, y en su campaña en 2009 expresó: “Algunas plantas termoeléctricas que están instaladas en las capitales de las ciudades europeas como yo lo vi en Estocolmo, son con tecnología de punta que plantas termoeléctricas en nuestro país son de una tecnología bastante más antigua, y contaminan. Yo voy a promover las energías limpias y renovables, porque ahí está el futuro de Chile”.