SHOA prueba sus nuevas comunicaciones en un escenario simulado de terremoto grado nueve

Simulacro “Pacific Wave 2011”:

El ejercicio, coordinado por el Pacific Tsunami Warning Center y en el que participaron los países ribereños del Pacífico, supuso sortear incluso la caída del enlace satelital principal.

MAURICIO SILVA (El Mercurio)

Un terremoto magnitud 9 grados Richter, originado a las 9:00 horas de ayer a 87 kilómetros al noroeste de Valparaíso, fue el escenario escogido para un simulacro que el Pacific Tsunami Warning Center, organismo de la Administración Oceánica de los Estados Unidos, coordinó con los países ribereños del océano Pacífico.

El ejercicio, denominado “Pacific Wave 2011”, supuso el corte total de energía y la caída de todos los sistemas tradicionales de comunicaciones. Aun así, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) recibió ocho minutos después del sismo un reporte preliminar del Servicio Sismológico de la U. de Chile con la ubicación y magnitud del terremoto. Cuatro minutos más tarde, tras procesar datos provenientes de sensores marinos, el SHOA alertó del maremoto a la Onemi y a medios de prensa, y a las 9:40 horas dio un reporte telefónico al Presidente de la República.

El escenario ficticio contrasta con el 27-F, cuando a las 3:34 horas y 150 kilómetros al noroeste de Concepción tuvo lugar el sismo de magnitud 8,8 que azotó a la zona centro-sur del país. Entonces los sistemas de alerta y comunicaciones fallaron, la población no fue alertada y el maremoto mató a 156 personas.

El director del SHOA, capitán de navío Patricio Carrasco, indicó que tras esa experiencia tanto el servicio a su cargo como los de otras instituciones de emergencia introdujeron varias modificaciones en sus sistemas. El servicio sismológico de la U. de Chile desarrolló un sistema de detección automática de movimientos telúricos, que acortó el tiempo de envío de la información. El SHOA creó la aplicación SNAM (Sistema Nacional de Alerta de Maremotos), un software que procesa los datos sísmicos, sube la alerta a la página web del servicio y envía faxes y e- mails automáticamente a la Armada y a los ministerios.

“En esos momentos (febrero de 2010) teníamos 20 estaciones de monitoreo en el mar, que reportaban cada una hora. Hoy son 33, digitales y con sistemas satelitales de transmisión de registros del mar cada minuto”, dijo Carrasco. Ello evitaría que los sensores se saturaran y dieran amplitudes de mar subestimadas, como ocurrió en 2010.

Hoy, las comunicaciones son satelitales con todas las capitanías de puerto, gobernaciones marítimas y oficinas de emergencia nacionales y regionales, respaldadas por radios VHF y HF. El escenario de ayer supuso un corte de energía y caída de la antena del sistema satelital principal, por lo que se recurrió a generadores de emergencia y sistema satelital alternativo.

En el escenario de ayer la ola llegó a Pichidangui, Valparaíso y San Antonio antes de la alerta oficial. Por eso la Onemi ha establecido como protocolo una evacuación preventiva para seguridad de la población.

12

minutos tardó el SHOA en confirmar la ocurrencia del maremoto en el simulacro de ayer.

6

minutos demoró la ola en “golpear” la costa. Tras el sismo se había ordenado la evacuación.

400

personas en todos los países ribereños del océano Pacífico participaron en el ejercicio.

Tarea pendiente

El académico del Servicio Sismológico de la U. de Chile Mario Pardo destacó los avances que ha tenido la red de sensores sísmicos a cargo de ese centro de investigación. Pero resaltó que a diferencia de lo que ocurre en la Armada, el sistema que lo abastece de datos sigue siendo “tan frágil como en febrero de 2010”.

“Por un lado, hoy recibimos datos de todas las estaciones de la red sísmica mundial, además de las nuestras, y con ello detectamos automáticamente sismos locales con las mismas técnicas del servicio geológico de los Estados Unidos”, destacó. Pero como acceden a ellos a través de internet, la que se caerá en caso de terremoto, los recursos para una conexión satelital ya están aprobados.