Chile es escenario del primer simulacro de ataque bioterrorista coordinado por la OEA

Expertos internacionales se encuentran en Santiago:

Expertos de 23 entidades nacionales y 6 internacionales trabajan sobre la hipótesis de la introducción de un virus mortal.

MARIO GÁLVEZ (El Mercurio)

Miércoles 26 de octubre de 2011. A las 07:15 horas, la torre de control del aeropuerto Arturo Merino Benítez recibe el llamado del piloto de un avión procedente de París, Francia, que tiene como destino Santiago.

Un pasajero viene gravemente enfermo. Presenta un cuadro de fiebre alta, mucha tos y debilidad extrema. Se activa un dispositivo de emergencia que espera el aterrizaje de la aeronave. El afectado es recibido en la puerta de embarque por personal médico. Es un hombre joven, de 25 años, de ascendencia europea. Se sospecha de una gripe y de inmediato es trasladado hasta un centro asistencial.

Ese es el inicio de la historia ficticia que contempla el Primer Simulacro de Ataque Bioterrorista ( Table Top Exercise ), que se realiza en estricta reserva desde el martes en Santiago.

Se lleva a cabo en coordinación con la Subsecretaría del Interior de Chile y la Secretaría del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la Secretaría de Seguridad Multidimensional (SMS) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Y cuenta con el apoyo financiero de Canadá.

Coincidentemente, el 7 y 8 de junio del próximo año nuestro país será sede de la Cumbre Europa, América Latina y el Caribe, que reunirá a más de 60 jefes de Estado y de Gobierno.

La actividad se desarrolla en dependencias de la Cancillería. Cuenta con la participación de representantes de 23 organismos nacionales (policiales, Fuerzas Armadas y entidades públicas) y seis internacionales.

Entre estas últimas hay expertos tanto de la Organización Panamericana de la Salud como del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, FBI, Oficina de Detección Biológica y Recuperación del Departamento de Seguridad Nacional, Agencia Federal de Manejo de Emergencias y Agencia de Reducción de Amenazas del Departamento de Defensa, todas de EE.UU.

Coordinación regional

También participan autoridades de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La idea es afrontar durante tres días un escenario de emergencia nacional y regional ante un ataque bioterrorista a Chile, país que tiene un importante tráfico aéreo y donde llegan la mayoría de los vuelos procedentes de Europa con escala hacia otras naciones.

La idea principal es verificar las debilidades y fortalezas de sus instituciones y las posibilidadesde que los efectos de un acto como ese se extiendan a la región.

Por ello que el teatro de operaciones consideró también la detección, en horas de la tarde de ayer, de dos envases sospechosos en dependencias del aeropuerto, con residuos incrustados en las boquillas. Se supone que fue colocado y abierto por terroristas, liberando el virus “yersinia pestis”, conocido como peste neumónica, de rápida propagación y alta mortalidad.

Y hoy, desde un importante hotel del barrio alto, se va a denunciar la actitud sospechosa de un hombre que dejó otros dos envases en el lobby del recinto.

El ejercicio también incluye la rápida aparición de contagiados. Desde distintos centros asistenciales de Santiago se informó de muertes de muchas personas que poco antes estaban sanas.

En 48 horas, la emergencia se desata en gran parte del país y se informan casos en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, de supuestos contagiados en el aeropuerto santiaguino. La hipótesis del ataque terrorista es confirmada al establecerse que los casos del avión, el terminal aéreo y el hotel están relacionados.

El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, dijo que esta iniciativa va más allá de un eventual ataque terrorista: “Tiene que ver con la generación de una política pública integral que permita abordar materias complejas propias de nuestros tiempos y que requieren de protocolos específicos y definiciones claras en cuanto a cadenas de mando”.

Los pasos futuros de coordinación

El trabajo organizado por la OEA contempla tres fases, la primera de las cuales se desarrolla hasta hoy. Las mesas de trabajo contemplan críticas profesionales a la reacción y respuestas a las interrogantes que planteó el simulacro. Además, se realizará el seguimiento de sus efectos a través de una misión técnica de consultas que trabajará entre noviembre próximo y marzo de 2012.

En abril del próximo año habrá una nueva reunión, con el fin de revisar los resultados y desarrollar un taller para aunar criterios de coordinación y asumir medidas preventivas en las debilidades que se hayan detectado por la experiencia recogida en Santiago.

Los ejercicios fueron diseñados para llamar la atención de las autoridades participantes en cuestiones específicas de planificación de contingencias y mitigación de amenazas. Ello, con el propósito de ayudarles a preparar o mejorar planes formales de manejo de emergencias y crisis, así como para promover la coordinación interinstitucional para ponerlos en práctica, explicó el subsecretario Rodrigo Ubilla.