Argentina inicia la puesta en marcha de tercera central nuclear

Plantas cubrirán el 10% de las necesidades energéticas del país.

(El Mercurio – 29/09/11)

Argentina inició los trabajos finales para poner en marcha una nueva central nuclear, dentro de sus planes por mitigar un déficit energético con esta clase de tecnología.

La planta de Atucha II, con una capacidad instalada de 700 MW, entrará en operación en el segundo semestre del 2012 y se convertirá en la tercera de su clase en el país.

“Nuestro país hace casi 40 años (…) ponía en marcha Atucha I, convirtiéndose en el primer país latinoamericano en operar una central nuclear”, dijo la Presidenta Cristina Fernández en la planta, localizada a orillas del río Paraná.

La demanda energética está creciendo con fuerza en un país con una economía que el año pasado creció 9,2%. Analistas han advertido sobre un cuello de botella energético que puede poner en riesgo la producción industrial.

La actividad nuclear estuvo paralizada en Argentina en la década de 1980, en sintonía con la tendencia mundial, tras los accidentes en Three Mile Island, Pensilvania, en 1979, y en Chernobyl, en 1986.

La primera piedra de Atucha II se colocó en 1982, pero las obras fueron paralizadas en 1994. Desde entonces, unos 120 trabajadores custodiaron las 40 mil toneladas de materiales y equipos que estaban almacenados para que permanecieran intactos hasta que se reanudara la construcción, en el 2006.

La central está ubicada en la localidad de Lima, en la provincia de Buenos Aires, a 115 kilómetros al norte de la capital argentina, donde se encuentra también Atucha I y donde se planea instalar la cuarta unidad del país, Atucha III.

Una vez que sea puesta en marcha Atucha II, las tres centrales nucleares representarán el 10% de la capacidad de generación del país, mayormente termoeléctrica.

El plan oficial prevé además levantar dos nuevas centrales y extender la vida útil de la central nuclear Embalse, ubicada en la provincia de Córdoba, que quedará detenida por unos 20 meses a partir de noviembre de 2013.

Para ejecutar la obra, el gobierno invirtió US$ 2.300 millones, financiados por el ente estatal que administra las pensiones.