Edificios de oficinas abren puntos limpios propios para reciclar basura

La semana pasada, una construcción de Nueva Las Condes inauguró el primer centro de reciclaje autofinanciado.

(La Tercera – 05/09/11)
Por Benjamín Blanco

Quizás no producen residuos orgánicos ni envases de leche. Tampoco pañales o remedios vencidos, pero sí muchos cartones y bastante papel. Los edificios de oficinas de Santiago pueden generar hasta 100 toneladas anuales de basura y gestionar esos desechos de manera sustentable se está transformando en una de las prioridades para las inmobiliarias que arriendan estos espacios.

Lo anterior se debe a que gran parte de las empresas extranjeras que abren oficinas en la ciudad prefieren hacerlo en lugares que tengan habilitados centros de reciclaje.

Por lo mismo, los pasillos de algunos edificios de Nueva Las Condes y “Sanhattan” ya no sólo están equipados con dispensadores de agua o estacionamientos para bicicletas. Muchos han instalados “puntos limpios” dentro de los mismos edificios, para que al momento de votar la basura, quienes trabajan ahí la preclasifiquen y hagan más sencillo el proceso de reutilización.

Claro, estos sitios no son como los grandes espacios vecinales que hay en Vitacura o Las Condes. Están diseñados a la medida y las necesidades de las oficinas. “Tenemos contenedores de mil litros con distintos colores ubicados en la planta baja del edificio. Uno es para botellas plásticas, otro para tóner de impresoras, uno para pilas y el cuarto para papel y cartón”, explica Mario Sandoval, jefe de Operaciones del edificio Parque Araucano, ubicado en Nueva las Condes.

Este edificio -donde tienen sus oficinas empresas como SalfaCorp o Procter & Gamble y trabajan más de 2.000 personas- inauguró su punto limpio el jueves pasado, el cual se ubica en el sector de los estacionamientos. Si bien existen otros sistemas de reciclaje, es pionero en la autosolvencia del servicio. “Los tóner, las botellas plásticas y el vidrio serán donados a corporaciones de beneficencia para que éstas vendan la basura. El papel y el cartón lo venderemos nosotros a Sorepa (Sociedad Recuperadora de Papel) para así financiar los gastos de mantención del sistema”, agrega Sandoval.

Aspiración Leed

Rolf Sielfeld, socio de Energy Arq, empresa que asesora a inmobiliarias que aspiran a obtener sello Leed -certificado que reconoce un estándar de desempeño energético y medioambiental de las construcciones-, dice que esta tendencia va al alza en Santiago. ¿La razón? La habilitación de “puntos limpios” es uno de los prerrequisitos para que los edificios obtengan el certificado Leed. “Claramente, el aumento de estos centros va gatillado porque muchos edificios aspiran a este sello”, explica. En Santiago son cerca de 50 las construcciones que quieren ese sello y que podrían tener un punto limpio los próximos años. “Lo importante es que después exista una gestión de la basura. No basta que se disponga de un lugar de acopio, si no se le da un buen uso”, agrega Sielfeld.

Una de las construcciones que ya tiene el sello Leed es el edificio Titanium, donde el 70% de la basura son cartones y papeles. A diferencia de Parque Araucano, ahí no existe sólo un punto limpio, sino que en cada planta hay un espacio destinado para el reciclaje. “Tenemos unos tambores para que las empresas instaladas gestionen ellas mismas la basura. Hay un instructivo para estimular su uso, pero la mayoría de las empresas autónomamente se preocupan del reciclaje, por eso eligieron abrir sus oficinas acá”, comenta Rodrigo Núñez, jefe de Operaciones de Titanium.

También en universidades

Sumándose a esta tendencia, hoy la Universidad Adolfo Ibáñez abrirá un punto de reciclaje en su campus de Peñalolén. Según la proyección de la casa de estudio, esta iniciativa de reutilización de residuos permitiría impedir la tala de 596 árboles y reducir en 62 toneladas las emisiones de dióxido de carbono.