La ciudad en el cine: Cidade de Deus, 2002

Basada en una historia real, y premiada en los Oscar y en festivales internacionales de cine, como el de Cannes, esta película fue dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund.

Muestra desde dentro la vida en una favela brasilera, la Ciudad de Dios, en los años 60 y 70. El protagonista, un jovencito con interés en la fotografía, es uno de los pocos en la historia que se mantiene al margen de la actividad de las pandillas en el barrio.

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Durante la primera de la película, fechada en los años 60, el escenario es un polvoriento caserío en las afueras de Río de Janeiro. La película es narrada en primera persona por Cohete, un niñito de la favela, y desde un principio recalca lo que se sabe a lo largo de todo el filme, de forma implícita: al gobierno y los ricos no les preocupan los problemas de la favela.

En la Ciudad de Dios, a pesar de su paradisíaco nombre, no hay electricidad ni calles asfaltadas, y sin embargo el área va poblándose más cada día. Y el pandillaje es un fenómeno que el grupo de pequeños personajes centrales ve surgir y se hace parte en carne propia, a lo largo de su vida.

“Si corres te agarran, y si no corres también”, es la sentencia de Cohete. No importa lo que se haga, en un barrio así no hay cómo no estar implicados de algún modo en las pandillas. Esta visión interna de la vida en los barrios marginales es distinta a la que puede enfocarse desde fuera, en otras películas que muestran, por ejemplo, otros valores sociales que el resto de la ciudad tiene con el grupo que se encuentra en los tugurios. A diferencia de, por ejemplo, la película que reseñamos hace un tiempo, District 9, aquí no aparecen hechos como la discriminación, el rechazo social o la segregación. La Ciudad de Dios es “todo el mundo”, en esta película, aquí se vive, aquí se muere.

La cruda criminalidad, por otro lado, parece no tener consecuencias para los líderes de las pandillas; las cosas sólo pasan, Daditos asciende en la escala criminal, mata, gana dinero, y no existen valoraciones sobre eso, excepto por alguna intervención del relato en primera persona del protagonista.

La presencia policial es un hecho repetido en la película, que la mayor parte de las veces se muestra ineficaz ante el grado de violencia que existe en la población. Tal vez por eso, recientemente y a lo largo de los últimos años, las fuerzas de seguridad y orden han intervenido las favelas en gran escala, con equipos blindados, grandes contingentes de uniformados y manteniendo una vigilancia constante, para frenar la escalada de tráfico y violencia.

En la favela, en los años 70 hay edificios de departamentos y pavimento, pero el lugar se sigue mostrando como lleno de viviendas descuidadas, fachadas roídas por el tiempo, sitios baldíos, un entorno de barrio desvalorizado. Las áreas verdes no existen, ni los espacios abiertos comunes.

Algo de ese panorama ha cambiado desde los años 80, ya que poco a poco han ido surgiendo organizaciones comunitarias que trabajan por aminorar los índices de riesgo social en la población. En 2003 se formó el Comité Comunitario de la Ciudad de Dios, que buscaba agrupar a las organizaciones locales para combatir el estigma y el aislamiento social.

Revisa la ficha de la película en Imdb.com