Las térmicas antiguas contaminan 60 veces más que centrales más nuevas

Polución podría reducirse en hasta 80% si entra en vigencia nueva norma de emisiones para estas generadoras eléctricas y mejoraría aún más si se legisla para reducir el nivel de contaminación de las fundiciones.

Valeria Ibarra M.
(El Mercurio – 31/05/2011)

Chile se convirtió en un país termoeléctrico. Esta forma de energía domina el 99,7% de la matriz del Norte Grande y representa más de la mitad -en abril último concentró el 67%- de la electricidad del Sistema Interconectado Central (SIC). La presencia de estas plantas, entre otros factores, ha provocado que Tocopilla, Huasco, Ventanas y Coronel sean zonas saturadas de contaminación, una situación que según el Ministerio de Medio Ambiente se atenuaría considerablemente en sólo cuatro años si se cumpliera la nueva norma de emisiones para las centrales termo, que hoy está en su último trámite en Contraloría.

Según información del Dictuc, Conama, el Sistema de Evaluación Ambiental y Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes, hoy la central más contaminante del país es Mejillones, de E-CL, que emite 60 veces más dióxido de azufre (SO2) por megawatts instalado que Río Corrientes, la central que Southern Cross tiene previsto hacer en Puchuncaví y que fue rechazada ayer por la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso.

El SO2 es el responsable de la “lluvia ácida” y entre otras cosas, explica el académico de la PUC, Hugh Rudnick, afecta el crecimiento de las plantas y daña la salud de las personas. Además, se correlaciona con las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el óxido de nitrógeno.

Las otras top five en contaminación por dióxido de azufre son Guacolda 1 y 2, Patache, Guacolda 4 y Ventanas, según información de los organismos antes mencionados.

La situación cambiaría con la nueva norma, que podría implicar una baja de entre 75% a 80% de las emisiones de todas las termoeléctricas y un 20% de la contaminación en el país en cuatro años. En las zonas saturadas, la ley reduciría las emisiones de SO2 en 76% en promedio. Las empresas ya están haciendo algo al respecto. La eléctrica E-CL, ligada al grupo europeo Suez, está invirtiendo US$ 170 millones en un proyecto para reducir los niveles de polvo como los gases y así cumplir la norma en sus plantas Mejillones y Tocopilla.

En el caso de AES Gener, la empresa ha señalado que tiene previsto invertir US$ 200 millones para adecuarse a la nueva normativa. A nivel de toda la industria, se señala que las inversiones en el país estarían entre US$ 1.000 millones y US$ 1.400 millones para adecuar las tecnologías de las actuales centrales.

En todo caso, la emisión de contaminantes se reduciría más si se dictara una nueva ley para las fundiciones. Según el Ministerio de Medio Ambiente, a cargo de María Ignacia Benítez, la norma en cuestión aún está en estudio y está previsto que salga a la luz este año.

Según expertos del sector eléctrico, las emisiones de las fundiciones representan el 60% del total del país y contaminan tres veces más que el parque termoeléctrico. En Chile hay siete fundiciones, cuatro de Codelco, una de Enami, otra de Xstrata y la restante de Anglo American. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, la que tiene mayores emisiones de SO2 por tonelada de cobre fino producido es Potrerillos, de Enami; seguida de Caletones, de Codelco. La menos contaminante es Chagres, de Anglo American.