La ciudad en el cine: Taxi Driver, 1976

Cualquier persona que trabaja de noche tiene una perspectiva absolutamente distinta de lo que ocurre en la ciudad. Taxistas, transportistas, guardias, personal de estaciones de servicio, garzones y meseras de pub. Todos son testigos de cómo la ciudad cambia de noche: las calles semivacías, la luz anaranjada del alumbrado público, los lugares que durante el día están atestados ahora vacíos, la hora fría de la noche y el despunte del amanecer.

Esta ciudad un poco desierta, con horas de gran movimiento y otras vacías, con barrios peligrosos, con decadencia y prostitución, es el escenario de esta película dirigida por Martin Scorsese. Un psicológicamente inestable veterano de la guerra de Vietnam trabaja como taxista, y desarrolla una mirada especialmente atenta a esas que parecen ser las llagas de la ciudad.

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Un joven Robert de Niro y una Jodie Foster casi niña le dan a los personajes de esta película una profundidad psicológica que la transforma en un clásico. Además de mostrar el descenso de Travis (De Niro), taxista nocturno, hacia la obsesión y la violencia, la historia da un giro en el climax que resulta en un plan completamente distinto al del protagonista.

Travis se obsesiona con Betsy, miembro del comité de campaña política de un candidato a la presidencia, y ante la negativa de la mujer el taxista desata una mezcla de personalidad depresiva, obsesiva y violenta que se ve gatillada por la oscuridad que él percibe en los recorridos nocturnos en su vehículo. Aumenta su carga de trabajo, se entrena, compra armas, y por casualidad conoce a Iris (Foster), una prostituta adolescente.

La ciudad revelada en esta cinta es una Nueva York oscura y corrupta, peligrosa por las noches. Los compañeros taxistas de Travis le advierten que al no discriminar sus destinos y llevar pasajeros a cualquier punto de la ciudad puede toparse con delincuentes y ser asaltado. Lo curioso es que la mayoría de los viajes de Travis, o sus encuentros con Betsy, se desarrollan junto a una música suave y placentera, que hace un contrapunto con el paisaje urbano recorrido, que suele ser ruidoso, siempre extremo: atestado de gente o solitario hasta lo sórdido.

New York se fue poblando desde los años 20 con una gran cantidad de migrantes afroamericanos, que se desplazaban desde el sur del país. Junto a ellos, y hasta la actualidad, la ciudad ha sido el centro migratorio para personas de muchas nacionalidades; la diversidad étnica es una de las principales características demográficas de New York.

© Wikimedia Commons.

Y como en la mayoría de las ciudades en las que existen grandes cantidades de minorías raciales, éstas suelen formar parte de los grupos más desprotegidos socialmente, o más asociados a la criminalidad en los barrios. Hay que mencionar que en Nueva York se encuentra una de las zonas urbanas más recurrentemente utilizadas en el cine para situar la marginalidad, la delincuencia y el pandillaje: el distrito de Bronx.

La ciudad tuvo un fuerte desarrollo económico luego de la Segunda Guerra Mundial, pero desde la década del 60 y durante la Guerra de Vietnam comenzó a acentuarse una caída económica, que durante los 70 contribuyó a aumentar la tasa de crímenes y racismo. Además, a todo ese caos urbano se sumaba el descontento creciente de la población y sobre todo de los jóvenes a lo largo del país por la Guerra de Vietnam, originándose movimientos sociales de protesta.

Hay algo de ese estado de caos y saturación de la ciudad que va penetrando en el personaje de Travis, a lo largo del filme. Una serie de encuentros en el taxi o en las compras cotidianas, más el rechazo de Betsy, acelera sus paranoias vertiginosamente.  “Esta ciudad es como una alcantarilla abierta”, asegura el taxista al candidato Palantine cuando lo toma como pasajero.

Los pensamientos y actitudes violentas de Travis van acentuándose a medida que la ciudad comienza a mostrar en el filme su cara más sórdida, con asaltos nocturnos a los almacenes, racismo, pandillas adolescentes, prostitución. La enfermedad de la ciudad va penetrando en Travis, hasta que decide perpetrar lo que considera un acto sanador: matar en una aparición pública al candidato Palantine. Es un giro sorprendente, ya que la figura que representa un porvenir de orden para esa ciudad oscura e infestada de elementos negativos, es precisamente contra la que se alza el protagonista.

Por suerte para él, o no, los hechos suceden de forma torcida: se acobarda en su decisión de atentado, y termina provocando una masacre en el barrio rojo, con la cual pretende liberar a Iris. Aunque públicamente Travis luego aparece como un héroe, esta es una historia de su fracaso, ya que no puede concretar sus planes iniciales, y tampoco logra suicidarse.

Película completa en Cuevana.tv

Ficha de la película en Internet Movie Database