Edificación en el borde costero: el caso de Punta Piqueros

El proyecto del hotel cinco estrellas Punta Piqueros data de 2001. En ese año ya se habían efectuado las conversaciones y conseguido los permisos para levantar en los roqueríos al borde de la playa una instalación de 5 mil metros cuadrados y 72 habitaciones.

Diversos hechos, entre ellos la recesión de la economía chilena en 2008-2009, llevaron al retraso del proyecto, que hoy se ha retomado, y con mayores dimensiones. Aunque el hotel ha sido aprobado por la regulación de construcciones costeras de la Región de Valparaíso, los vecinos se oponen a lo que según ellos sería una deformación y una sobreoferta para el sector.

Según lo indicaba el proyecto original, el hotel se emplazaría por debajo del nivel del camino costero en las playas de Concón. La construcción se descolgaría del acantilado, para no afectar la línea de visión hacia el mar. Esta zona es tan sensible para el tema de las nuevas construcciones que existe una legislación especial para ella, la comúnmente llamada Ley Lorca (Ley n° 13.364, que data de 1959).

El organismo que otorga los permisos de construcción en cada comuna del país es la Dirección de Obras municipal. Pero específicamente en la franja junto a la playa del camino costero que une Viña del Mar y Concón, desde avenida España hasta la desembocadura del río Aconcagua, se necesitan permisos especiales. La aprobación de proyectos destinados a ese sector requieren el voto del alcalde y de los dos tercios del Concejo Municipal.

Esta disposición tiene tanto detractores, que la acusan de frenar el desarrollo del borde costero, como defensores. Lo cierto es que la ley no es del todo prohibitiva, sino que se enfoca en resguardar la franja costera para proyectos de carácter turístico, y que no sean perjudiciales para el paisaje y la conservación natural de la costa. Durante el año 2003, y luego en 2008, se plantearon fuertes críticas a la ley, y se postulaba incluso su derogación.

© Grupo BSMP

Lo concreto es que el proyecto, renovado y ampliado, fue aprobado por los organismos municipales y administrativos en enero de 2010, por considerarse armónico con el paisaje. El anteproyecto sólo debió aclarar y hacer algunas modificaciones en el tema de accesos y vialidad, pero obtuvo en general visto bueno del Concejo Municipal y la Dirección de Obras municipal de Concón.

Finalmente, el hotel en construcción contará con 20 mil metros cuadrados en 9 pisos, 4 de ellos sobre el nivel calle, para 140 habitaciones y 148 estacionamientos, más un spa y un restaurante, con una inversión de 40 millones de dólares. El edificio tendrá algunos atributos sustentables: calefactores solares que proporcionarán un 25 % de la energía necesaria para la calefacción del agua.

Inicio de construcciones en el roquerío

Respecto a la posibilidad de que la zona fuese afectada por un tsunami, tal como el que ocurrió en febrero de 2010, los arquitectos del proyecto debieron hacer algunas modificaciones estructurales luego de ver las consecuencias del año pasado. El hotel estará fundado por sobre la cota de 7 metros sobre el nivel del mar, y en un caso similar al del 27F sólo el nivel inferior se inundaría, y se habilitarían rutas de evacuación hacia la Avenida Borgoño que se encuentra, en esa zona, a 22,5 metros por sobre el nivel del mar y a las terrazas superiores del edificio que se ubican a más de 30 metros sobre el nivel del mar.

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A principios de este año, ya iniciadas las primeras obras sobre el roquerío en Concón, los vecinos iniciaron movilizaciones en contra de lo que consideran un desacierto de las autoridades. Aseguran que el hotel obstruiría la vista hacia el mar, que es uno de los principales atractivos de la zona. Varios comerciantes del sector de Punta Piqueros también se oponen a la instalación del hotel, argumentando que existe una sobreoferta de instalaciones turísticas en toda la costa de la Quinta Región, en Viña, en Reñaca y la misma Concón.