Metro a Maipú: ¿Podría ser mejor?

Escrito por: Eduardo Martínez. Arquitecto PUC, Jefe de Estudios de AGS

Cuando una obra con beneficios tan evidentes irrumpe en la ciudad, cuesta plantear reparos sin quedar como “pesado” inconformista. Pero el argumento es muy simple: En Maipú el Metro podría haber beneficiado, siendo conservadores, a cerca de 7.000 personas más solo en el eje de Pajaritos. Esto significa que la inversión podría rentabilizarse de mejor manera y por tanto afirmo que Sí; el Metro a Maipú, podría ser mejor. ¿Cómo? Procurando mayores grados de coherencia entre su trazado y la planificación urbana del entorno.

El metro tiene un efecto bien sencillo en las propiedades de los alrededores (en rigor sobre el valor del suelo): hace que suban de precio por lo menos un 12% ó 15% (otras cifras hablan de hasta 100% en la estación intermodal). Ese metro cuadrado con plusvalía, puede administrarse para que la mayor cantidad de personas que “desea” vivir allí, efectivamente lo pueda hacer. El mecanismo se inventó hace rato y pasa por multiplicar esa superficie varias veces hacia arriba: pasa por construir edificios.

Así en Maipú, siendo conservadores, con una norma “ad hoc” gestionada desde el momento en que se supo de la llegada del metro (hace unos 5 años) se hubiera permitido que al año 2015 se construyeran en cerca de 10 cuadras entre 5 de Abril y la Autopista del Sol, unos 18 edificios de una altura moderada de 12 pisos beneficiando (en un cálculo de 100 departamentos por torre) a unas 7.200 personas. Número de habitantes que representa la mitad solo del crecimiento vegetativo de Maipú en un año (que está entorno a un 2,5%)

Pero en el eje de Pajaritos no ha pasado ni pasará en el corto plazo mucho. El entorno no esta pensado para absorber esa oportunidad. Las normas del actual Plan Regulador Comunal (vigente desde el 2004) tenían entre otros objetivos “frenar” el crecimiento de la comuna. Para ello establecieron bajas densidades y esto, para no entrar en el detalle técnico, hace que a pesar de admitirse la construcción en altura, y a pesar de tener las propiedades incorporadas la plusvalía, nadie construye edificios. Quien se aventurara en ese negocio apostaría por ser capaz luego de vender departamentos de más de 150 m2 en un entorno para departamentos de entre 50 y 80 m2. En otras palabras los números no dan. Queda por tanto una obra de 630 millones de dólares sirviendo por un buen rato a un entorno directo incapaz de extraerle el mejor provecho.

Algunos plantearán la discusión respecto a lo bueno o malo de construir edificios. A mi juicio esas es una segunda derivada del problema. No se trata de “reventar” la ciudad o “pasar maquina” al patrimonio, como han hecho en algunos sectores de Santiago Centro y también de Ñuñoa. De lo que se trata es de entender que efectivamente es legítimo que más personas puedan vivir cerca de una obra que entrega beneficios como los del Metro. Pasa también por aceptar que una manera efectiva de permitir eso es densificar los sectores entorno a las estaciones y finalmente por asumir que la ciudad no puede planificarse sin el máximo esfuerzo por dar coherencia a todos sus componentes. Pajaritos podría ser un gran boulevard con anchas aceras, quizás edificios con fachada continua y una rica vida urbana si la regulación se hace de la manera adecuada.

Los usos de suelo (fijados en el Plan Regulador) y la Infraestructura (vial, de metro, etc.) son dos componentes claves que deben dialogar y no simplemente “toparse” en la ciudad.

Nadie niega la evidente “bondad” ni la necesidad efectiva del Metro a Maipú. Solo digo que los beneficios derivados de él podrían ser mayores y que no los son por un problema de falta de planificación integral y de coordinación de los actores que intervienen la ciudad. En este caso, el Plan Regulador aspiraba a frenar el crecimiento de Maipú ¿Usted cree que el Metro contribuye en esa línea?