Las “bicimotos” esquivan tacos y gastan menos, pero no respetan la Ley de Tránsito

La bicicleta con motor incluido se instaló como una alternativa para trabajadores y estudiantes aburridos del auto y del Transantiago. Aunque al límite de lo permitido por la legislación.

Bernardita Álvarez
(El Mercurio – 19/11/2010)

En las horas puntas de mayor congestión vehicular, hay quienes encontraron una alternativa original para sortear este problema: las “bicimotos”.

Así se denominan las bicicletas que incorporan un motor en su estructura -por lo general debajo del asiento- el que aumenta su velocidad en hasta 50 kilómetros por hora, sin la necesidad de que el conductor tenga que pedalear permanentemente.

Según usuarios y expertos, este nuevo medio de transporte comenzó a ponerse de moda hace siete años y cada día se masifica más.

¿Las razones? Su tamaño más pequeño que una motocicleta corriente, permite esquivar más ágilmente el tráfico vehicular, y son más baratas, ya que una puede costar entre $150 mil a $300 mil.

El guardia de seguridad Ernesto Solar logró reducir sus tiempos de viaje desde su casa ubicada en avenida Vicuña Mackena al centro de Santiago, de una hora y media, que era lo que demoraba en Transantiago, a cuarenta minutos, arriba de su bicimoto marca Lahsen, la que le costó $190 mil.

Las más comunes de ver por las calles de las ciudades son las que utilizan un motor llamado “mosquito”, que utiliza una mezcla de aceite de auto con bencina, y que los usuarios prefieren por su ahorro en combustible y por rendir más que una bicicleta con motor elétrico.

Solar dice gastar $3 mil en bencina a la semana, valor que es confirmado por otro usuario, Axel Weisser (23), estudiante de publicidad y que prefiere irse a la universidad en su bicimoto antes que en su vehículo. “Tengo auto, pero me sale muy caro. Para un estudiante el presupuesto es más estrecho”, dice.

El gran problema es que existe confusión y desconocimiento por parte de los usuarios, sobre los deberes legales que deben cumplir por manejar una bicicleta con motor incluido.

En la Comisión Nacional de Tránsito (Conaset), afirmaron que “el artículo 12 de la Ley de Tránsito indica que se requiere la licencia clase C para conducir los vehículos de dos o tres ruedas, con motor fijo o agregado, como motocicletas, motonetas, bicimotos y otros similares”, afirman.

Pero más allá de este problema, las bicimotos conviven junto a los vehículos tradicionales desde hace años. Boris Santana, aún tiene precedentes de una del año 1963 marca Miele, de fabricación chilena, y otro modelo Maico de 1957 procedente de Italia. “Los fines de semana salgo a dar una vuelta en ellas”, dice contento.

Ruidosas y contaminantes

En el Centro de Bicicultura, agrupación de ciclistas, son reticentes frente a la incorporación de las bicimotos en las calles. Así opina su directora Amarilis Horta, quien afirma que las bicicletas se definen como aparatos que se mueven a “tracción humana y esos son los que tienen derecho a andar en las ciclovías”. Las bicimotos sólo deberían viajar en las calzadas, afirman.

Además, Horta cree que las bicicletas con motor a combustión no respetan el medioambiente, pues “contaminan más que los autos modernos. Y también producen contaminación acústica”.

Si de elegir bicimotos se trata, en Bicicultura prefieren aquellas que utilizan un sistema de motor asistido. Es decir, aquellos aparatos que auxilian al ciclista cuando éste se encuentra subiendo una cima o está muy cansado. Y que posea un motor con un sistema eléctrico u ocupen otro tipo de energía, como solar, eólica o se cargue con el mismo pedaleo.