85% de recursos para viviendas se canalizará a través de consorcios de contratistas locales

De las 200 mil viviendas dañadas, unas 12 mil serán levantadas por constructoras tradicionales en villas sociales.

(El Mercurio – 02/11/2010)

Inmediatamente después del terremoto del 27 de febrero, se pensó que la catástrofe obligaría a construir ciudades desde cero y surgirían nuevos ghettos de viviendas sociales, sólidas y de rápida edificación.

Las constructoras tomaron posiciones en Talca, Rancagua y Concepción, y comenzaron a preparar sus maquinarias de producción en serie.

A ocho meses del terremoto, esos planes quedaron casi en cero. El Estado optó por reconstruir casa a casa, en el mismo lugar donde estaban, y las constructoras no estaban para eso. De 200 mil familias afectadas, sólo 5 mil se trasladaron a aldeas y el negocio que vislumbraban las grandes constructoras no se desencadenó.

Según el Subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Andrés Iacobelli, tanto los damnificados como el gobierno central soportaron las presiones y hoy comienza a desarrollarse un proceso de reconstrucción inédito, que quizás tomará más tiempo, “pero que permitirá ir edificando sin necesidad de desplazar a los habitantes desde sus pueblos”.

Poco rentable

El primer escollo que la autoridad encontró fue la imposibilidad de las grandes constructoras para participar de un proyecto de escasa rentabilidad.

Tal como reconoce el gerente general de la constructora Malpo, (una de las principales de Talca) Pablo Obrador, estos proyectos no son viables para una empresa mediana o grande, que son las que, a su juicio, podrían haber liderado un proceso más rápido.

“En el caso nuestro, sólo podemos construir por viabilidad económica cuando se trata de grupos de 150 viviendas, pero no podemos meternos a construir 10 casas en una parte y veinte casas más cuatro cuadras más allá”, dice.

Menos crítica es la visión del gerente de Finanzas de la Constructora Galilea, Gonzalo Sorolla, quien reconoce las dificultades que implica desplazar a las personas desde las zonas urbanas más afectadas hacia villas periféricas.

Recurrir a la pyme

Frente a este escenario, el Ministerio de Vivienda articuló a la fecha 100 consorcios constituidos por contratistas locales, ferreterías y proveedores de servicios de logística que permitirán llegar a las zonas más apartadas.

Las cadenas de pequeños y medianos empresarios serán el principal vehículo para movilizar US$ 2.700 millones, dado que el 85% de estos recursos para viviendas se canalizarán a través de un total de 200 consorcios de contratistas y ferreterías locales.

De aquí a enero, deberán constituirse las otras 100 cadenas, para que, en pleno régimen, sean capaces de construir a un ritmo de 400 viviendas diarias.

Subsidios

El Estado entregará unos 5.000 subsidios para reedificar viviendas con valor patrimonial.