Expansión Urbana de Santiago. Las soluciones al problema del crecimiento a partir del PRMS

Imagen vía Skyscrapercity

Durante la semana recién pasada volvió ser noticia el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS 100), luego de que la Seremi de Vivienda reactivara su proceso de aprobación.

Recordemos que en Junio de este año el PRMS 100 fue rechazado por el Consejo Regional, lo que derivó en este tiempo en una serie de modificaciones relacionadas en mayor medida con la infraestructura y las áreas verdes, que pretenden una aprobación antes de fin de este año .

El problema, sin embargo, no es nuevo y apremia la revisión de los instrumentos de la planificación que se están haciendo cargo de las ciudades.

¿Se soluciona el problema de crecimiento de Santiago a partir del PRMS 100? ¿Logra abarcar el problema del crecimiento de las ciudades el instrumento del Plan Regulador? ¿Hace falta un cambio de instrumento?

Para contextualizar el tema, este nuevo PRMS 100, se basa en la planificación por condición; es decir que la urbanización de los suelos vaya de la mano con el desarrollo de estándares medioambientales, a través de la incorporación de áreas verdes, obras de infraestructura y obras de urbanización por parte de los desarrolladores inmobiliarios. Dentro de este plan se destacan las 6.500 hectáreas de desarrollo urbano a partir del cambio de uso de suelo de hectáreas rurales, incluyéndose además  800 hectáreas de reconversión de actual suelo industrial, más 2.600 hectáreas de nuevas áreas verdes y forestadas.

Una de las principales razones por las cuales la Seremi apunta a la urgencia de la aprobación del Plan, es el acelerado crecimiento del número de habitantes dentro de la Región Metropolitana, lo que acentúa la necesidad de suelo, afecta a los niveles de congestión de la ciudad, y fomenta las inequidades dentro de ella.

Sin embargo, es importante destacar de igual forma, que uno de los principales desafíos de Santiago en relación a la creciente demanda de suelo, pasa por la reconversión de los terrenos subutilizados más céntricos de la ciudad. Si bien esta demanda no es satisfecha completamente por medio de esta solución, tampoco se puede polarizar la solución de los problemas de crecimiento poblacional, movilidad urbana y equidad social, a partir de la expansión del límite urbano.

PRMS como Instrumento de Planificación Territorial

El 2006 fue el año de la última modificación al PRMS de Santiago, la que tuvo cuestionamientos parecidos al actual : el enriquecimiento de ciertos grupos privilegiados con por el aumento del valor de los terrenos incorporados, y los problemas medioambientales que podría acarrear para la región la incorporación de terrenos agrícolas al suelo urbanizable. Hoy se suma una nueva variable, la problemática para los municipios que ven incorporadas nuevas hectáreas a su administración, debido a la falta de recursos como para abordar la mantención de nuevas áreas verdes.

La aprobación o no del PRMS 100, junto a la reciente discusión sobre los nuevos roles de las administraciones municipales afectadas (o beneficiadas), nos lleva un posible escenario de reformulación de los instrumentos de Planificación Territorial que están vigentes actualmente y la manera en que se relacionan con las demandas existentes hoy. Actualmente este instrumento regula no sólo el crecimiento, sino la manera en que la ciudad crece, los problemas de contaminación ambiental, la segregación urbana, la conectividad, congestión, despoblamiento y crecimiento urbano, entre varios otros, por lo que son innumerables los frentes de acción y las problemáticas que enfrenta la posible modificación del instrumento completo.

A partir de esto, se hace evidente la falta de nuevos instrumentos de planificación, que no engloben de manera conjunta todas las problemáticas de la ciudad y que sean posibles de mantener en el tiempo sin presiones de índole político, sean posibles de ser modificados a partir de las necesidades y requerimientos de la población, y sean pertinentes al campo de acción y las capacidades de cada uno de ellos.

Más allá de la absurda competencia política que legitima o deslegitima las modificaciones según qué partido las haya presentado, se hace necesario entender el crecimiento de las ciudades como una oportunidad de reformular los parámetros sobre los cuales la ciudad debe desarrollarse.

Deben ser claros, y establecidos de manera conjunta tanto a nivel político, civil, técnico, académico, y gubernamental, los lineamientos estratégicos de la política nacional que determinan estas decisiones, de manera que las discusiones no pasen por acuerdos básicos, sino que determinen nuevas políticas de crecimiento y expansión de suelo urbano.