La nueva vida de los vecinos del Estadio Nacional sin barrabravas ni conciertos masivos

W(El Mercurio, 7/4/2010)

Los residentes retomaron los paseos por las plazas y el arreglo de jardines de sus casas. Por Jaime Pinochet

“¿Qué día hay partido?”. La pregunta que semanalmente se hacían los vecinos del Estadio Nacional no reflejaba su fanatismo futbolero, sino que la planificación con que debían enfrentar la delincuencia que se producía en su barrio en esas jornadas.

La avalancha de barristas que llegaban al recinto de Ñuñoa provocaba gigantescos estragos a los residentes de calles como Campos de Deportes, Villa Olímpica, Rosita Renard, Suárez Mujica y Los Pescadores, entre otras.

Toneladas de basura en las calles, asaltos y robos, “macheteo” (pedida de dinero), consumo de pasta base y marihuana e ingesta de alcohol eran el panorama de casi todos los fines de semana.

Pero todo cambió. La remodelación del Estadio Nacional desde agosto pasado permitió que los vecinos retomaran actividades habituales, como almuerzos los fines de semana, arreglos de jardines en las casas y tranquilos paseos por las plazas.

“Estamos todos muy felices. Volvimos a disfrutar de nuestro barrio. Antes los barristas nos insultaban y asaltaban”, comenta Aurelia Montalva, quien reside desde hace veinte años en Los Pescadores. La misma opinión tiene Margarita Castro, cuya casa está ubicada en la esquina de Campos de Deportes con Suárez Mujica. “El mayor cambio se ha notado en que mi puerta ya no es orinada y mi jardín está espectacular, pues ahora pude plantar pasto”, dice.

Otro de los cambios que los residentes han notado es la disminución de la delincuencia y hechos violentos. Las riñas, asaltos y robos de vehículos eran las denuncias que lideraban las estadísticas policiales tras los encuentros deportivos y conciertos.

Una situación que confirma el alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, quien asegura que el cierre temporal del recinto ha permitido disminuir en 50% los delitos.

El jefe comunal agrega que, de todas formas, el mayor desafío es mantener esta tendencia una vez que el Estadio Nacional abra nuevamente sus puertas, posiblemente a inicios del segundo semestre. “No toleraremos más desmanes ni delincuencia por parte de los barristas”, enfatiza Sabat.

Por ello, el edil sostiene que diseñó una unidad de atención para víctimas, conformada por tres abogados, con el objetivo de perseguir penalmente a los delincuentes e hinchas que sean sorprendidos por las policías cometiendo desórdenes y delitos.

La otra cara: el Club Hípico

Los vecinos del Club Hípico, en la comuna de Santiago, han vivido un panorama radicalmente distinto al de los residentes cercanos al Estadio Nacional. A falta del recinto ñuñoíno, el hipódromo ha debido albergar conciertos como los de “Metallica”, “Depeche Mode” y “Los Fabulosos Cadillacs”.

“La gente no respeta nada. Ya no tengo jardín, y prácticamente me dejan sin salida, por los vehículos mal estacionados. Además, es impactante la cantidad de basura que queda en la calle”, comenta Andrés Lizeta, residente de avenida España, quien espera que las autoridades puedan coordinar soluciones para evitar que sigan ocurriendo estos desórdenes.

Coquimbanos ahora molestos

Ruidos, calles cerradas y delincuencia. Esos son los efectos que la remodelación bicentenaria del estadio Francisco Sánchez Rumoroso trajo a los vecinos. Luis Aguirre, académico de la Universidad de La Serena, reclama una mala planificación del estadio, porque no se consideraron estacionamientos para los que asisten al recinto, los que aparcan en todas las calles colindantes. “Cinco horas antes de cada espectáculo ya no puedo entrar a mi casa”, comenta.

La remodelación permitió hacer más espectáculos musicales, lo que ha provocado la molestia de los vecinos por la contaminación acústica.

Reacciones

ZAIRA GUERRA,

vecina de Avenida Grecia.

“Las barras siempre se han tomado mi jardín. Incluso, cuelgan sus lienzos en mi reja. Y con los conciertos, los fuertes zumbidos han provocado daños en las ventanas”.

NATALIA MERIÑO,

vecina de Los Pescadores.

“Lo único que queremos es que la entrega del Estadio Nacional se siga postergando. Han sido meses increíbles sin ruidos ni delincuencia de los barristas”.

MARGARITA CASTRO,

vecina de Suárez Mujica.

“Los conciertos son agradables, pero los delincuentes se aprovechan para robar los automóviles que se estacionan en las calles cercanas al recinto”.

ÓSCAR MOYANO,

junta vecinal Campos de Deportes.

“Hemos reforzado los sistemas de seguridad para cuando se abra nuevamente el recinto”.