La Legua Emergencia. Incisiones urbanas contra el narcotráfico.

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Dentro del imaginario colectivo, la población de la Legua aparece como un lugar de conflictos generalmente asociados a drogas y delincuencia. Los vecinos están cansados de esto y la autoridad ya anunció el plan de intervención de sus pasajes estrechos y cerrados, de manera de generar una vía de circulación que atraviese la población.

Si bien esta idea (cuyos orígenes se remontan al 2006), está ya con el presupuesto aprobado para que se concrete el próximo año, la apertura de las calles está sujeta a expropiaciones de familias que aún no tienen rumbo fijo… ¿Faltó un plan de vivienda?

La Legua es una población emblemática de la zona sur oriente de Santiago que se asentó inicialmente en la tradicional comuna de San Miguel. Después de la reforma comunal de 1981, el territorio de La Legua quedó en la actual comuna de San Joaquín, y desde entonces hasta ahora a una sola legua de distancia de la Plaza de Armas, de ahí deriva su nombre1.”

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Imagen intervenida de Google maps, que muestra la ubicación de la Legua Emergencia y sus intrincadas calles.

Desde el año 2006, la Subsecretaría del Interior junto con el Serviu, han estado trabajando en un plan de reordenamiento territorial para la población de la Legua Emergencia. La idea es generar mejoras en la vialidad del lugar y ganar nuevos espacios públicos con el fin de restringir las posibilidades de narcotráfico mediante el control del espacio.

Según el arquitecto y urbanista Pablo Allard, una de las características que juega en contra de la seguridad de la población de la Legua Emergencia, es la “estructura de largos pasajes ciegos, de edificaciones compactas y densas permite a los carteles operar un imbricado sistema de laberintos, arsenales y casas de seguridad que hace imposible un allanamiento”2 .

Para atender a este problema, lo que se pretende para este sector es la unión bidireccional al interior de la población de las calles Santa Rosa con Sierra Bella. Simplemente con esta operación, se pueden abrir los pasajes ciegos existentes,  los que proporcionan grandes dificultades para la Policía de Investigaciones y Carabineros cuando tienen que desarticular alguna banda ligada al narcotráfico o realizar algún operativo de captura.

La ampliación de la calle implicará expropiar una franja de entre 300 y 500 metros de longitud, y alrededor de $2.000 millones de pesos en la construcción de la vía, la que contará con paraderos, iluminación y un bandejón central con “áreas verdes”.

Según la Seremi y la alcaldía, los pobladores están de acuerdo con el proyecto ya que pretende una mayor seguridad para el sector, sin embargo desestiman la falta de claridad respecto a las familias que serán expropiadas y a los futuros terrenos que serían ocupadas por ellas.

¿Qué pasa con las familias que pueden resultar afectadas por las expropiaciones?

Según el alcalde de San Joaquín, Sergio Echeverría, hay un proyecto que parte del municipio que ya se entregó como propuesta para el gobierno, que consta de ocupar algunos terrenos aledaños a la población con el fin de construir edificios de departamentos. Sin embargo, estos terrenos quedan, según el Plan Regulador Comunal, dentro de una zona industrial ubicada entre Carlos Valdovinos y Sierra Bella, por lo que habría que hacer modificaciones al respecto para que se pueda llevar a cabo.

Por el lado del Ministerio Público, el subsecretario del interior Patricio Rosende explica que si bien en un comienzo el plan no estipulaba un plan de solución habitacional para quienes fueran expropiados, luego de la petición de la alcaldía están dispuestos a planificarlo.

¿El diseño de las ciudades incide en la manera de vivenciarlas?

La apertura de calles y el ofrecimiento de una vía de circulación que beneficiaría la seguridad de la población, es un buen comienzo de una serie de iniciativas que hacen falta en el sector. Muchos son ya los que están cansados del narcotráfico, de la estigmatización y de las soluciones que no son capaces de arrancar de raíz el tema de la droga. Lamentablemente, este problema sumado al narcotráfico, generan una herida social tan grande que no puede sólo ser saldada por una operación en el territorio, por lo que además se hace necesario un plan de recuperación tanto en el interior de la población, como en el imaginario colectivo que ella proyecta.

Queda de manifiesto también, que las intervenciones a escala urbana son complejas no sólo por la cantidad de actores que se ven involucrados, sino que además porque muchas veces están determinadas por aspectos espaciales que no son fáciles de obviar. La “falta de espacio” en los terrenos colindantes a la población, además de ser un hecho, es una traba para relocalizar a los pobladores que serán expropiados. Será necesaria una “vuelta de tuerca” más para poder concluir finalmente en un futuro, que esta operación urbana ha tenido éxito. De todos modos, es una manera novedosa de cambiar el origen y no la consecuencia del narcotráfico.

  1. GANTER, Rodrigo. Territorios de la furia. ARQ (Santiago) [online]. 2007, n.65 [citado 2009-09-11], pp. 22-24 . Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-69962007000100005&lng=es&nrm=iso []
  2. Columna “La Ciudad contra los narcos”, La Tercera. (on-line) http://blog.latercera.com/blog/pallard/entry/la_ciudad_contra_los_narcos []