Editorial – Polémica por torres

(El Mercurio. 29/08/2009)

El subsecretario de Telecomunicaciones ha anunciado que no se obligará a las empresas de telefonía móvil a compartir torres con las nuevas empresas del sector, pues eso podría constituir competencia desleal, ya que las nuevas no tendrían que incurrir en las inversiones que debieron realizar las actuales. Éstas se han opuesto firmemente a que se las obligue a compartir torres con las entrantes. Por el contrario, VTR y Nextel, adjudicatarios de las nuevas frecuencias de telefonía móvil, argumentan que sin acceso a las torres no podrían entrar al mercado.

Las entrantes sostienen que la oposición ciudadana a la instalación de torres es cada vez más fuerte, por su impacto visual y por el temor a la radiación. Esto significa que no podrían desplegar la cantidad de ellas que aseguraría la cobertura requerida para atraer clientes. Señalan que cuando las firmas establecidas entraron al mercado, esas barreras ambientales eran mucho menores. En efecto, salvo en aquellas zonas con edificios en las que no es necesario instalar torres, en el resto de Santiago Nextel y VTR requerirían instalar cientos de torres adicionales para ofrecer servicios. Dado que la oposición a las nuevas antenas representa una barrera a la entrada de competencia, las frecuencias otorgadas podrían resultar inutilizables si no pueden compartir las torres existentes.

Las empresas establecidas alegan que la obligación de colocalización constituiría una expropiación de sus activos y que muchas de sus torres no soportarían más equipos, además de aumentar la contaminación visual. La expropiación consistiría en que si existiera obligación de compartir torres, las entrantes no pagarían el valor económico por su uso. Por su parte, las entrantes aducen que si las establecidas no tuvieran esta obligación, cobrarían en exceso o, simplemente, se opondrían a compartir torres, para enfrentar menos competencia.

El argumento relativo a la expropiación para oponerse a la entrada de competencia ha sido repetidamente usado: lo invocó la CTC contra la interconexión con Manquehue en los años 80; más tarde hicieron otro tanto los mayores proveedores de internet, y se esgrimió contra el acceso abierto en la transmisión troncal, y contra la entrada de BancoEstado a Redbanc, entre otros numerosos casos. Pero la experiencia muestra que esos problemas desaparecieron. Si VTR y Nextel negocian con las empresas existentes para compartir torres, y éstas se oponen o cobran en exceso, pueden acudir al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. De comprobarse que las empresas establecidas impiden la entrada de competencia, ese tribunal puede obligar a compartir las torres bajo condiciones y tarifas reguladas por la autoridad de telecomunicaciones, según los mismos principios de eficiencia que en otros sectores regulados.

Si las empresas de telefonía móvil establecidas aceptan compartir antenas a un precio justo, o si eso se produce por fallo del tribunal, habrá más competencia en este rubro, para beneficio de los consumidores.