Calentamiento Global: volviendo la mirada sobre un proceso inminente

Fuente: Artículo de The Guardian en La Nación

Fuente: Artículo de The Guardian en La Nación

Conceptos como “Calentamiento global” poco sentido nos hacen hoy día cuando los hemos escuchado de manera tan recurrente; nos suenan más a parte de una consigna de movimientos con interesas creados que a un proceso en el que estamos inmersos. Es por esto que resulta interesante encontrarse con algunos datos que poner sobre la mesa para discutir acerca de las consecuencias de los procesos sociales en las condiciones ambientales del planeta. Un encuentro en la Universidad de Talca acerca del futuro de los glaciares y las conclusiones de una serie de estudios publicados por The Guardian han dado espacio en la discusión pública a datos que, sin el ánimo de ser alarmistas, nos recuerdan que Global Warming es más que un slogan progresista.

Pareciese que existe consenso de que nos encontramos en un momento clave en cuanto a la posibilidad de revertir un proceso que cada año se incrementa más. Aunque no lo queramos ver, la masa de los glaciares está disminuyendo; todos los invitados al encuentro sobre el tema en Talca (Bryan Mark, Universidad de Ohio; Lonnie Thomson, Universidad de Ohio; Gino Casassa, Centro de Estudios Científicos de Valdivia; Gonzalo Barcaza, Dirección General de Aguas; Claudia Ferreiro; Comisión Nacional de Medio Ambiente) coinciden al respecto: si bien no habitaremos en un mundo sin glaciares, es un tema del que debiésemos comenzar a preocuparnos imperiosamente, tanto por la reserva de agua dulce que estos constituyen como por la enorme cantidad de cambios en el ecosistema que un evento de esta magnitud pueden generar.

Glaciar OHiggins; gráfico Centro de Estudios Científicos de Valdivia

Glaciar OHiggins; gráfico Centro de Estudios Científicos de Valdivia

Igualmente velada pareciese estar la idea de que el planeta está cada vez más caliente. Según lo publicado por The Guardian, investigaciones realizadas por Judith Lean y David Rind, del Laboratorio de investigaciones navales de Estados Unidos y del Instituto Goddard de estudios espaciales de la NASA, respectivamente, ponen en alerta sobre la temperatura del planeta de aquí a los próximos cinco años.

El trabajo es el primero que evalúa el impacto combinado sobre la temperatura global de cuatro factores: las influencias humanas como las emisiones de CO2 y de aerosoles; el calentamiento solar; la actividad volcánica y las oscilaciones de El Niño en el sur, el fenómeno por el cual el océano Pacífico alterna entre estados cálidos y fríos cada ciertos años.

Lo interesante está en que el estudio da cuenta de un fenómeno que puede explicar la aparente estabilización de las temperaturas desde principios de este siglo, y que ha servido para que escépticos frente a estos cambios consideren alarmista a quienes siguen poniendo la atención sobre el llamado Calentamiento Global: la disminución de la temperatura global a partir de 1998 y en particular en los últimos 7 años, se explica principalmente por dos situaciones: la disminución de la llegada de luz solar, debido a la fase declinante del ciclo solar de 11 años, y la ausencia de eventos fuertes de El Niño. Estas tendencias han ocultado el calentamiento causado por el CO2 y otros gases de efecto invernadero, y es de esperar que se vuelvan a hacer notar en los próximos 5 años.

Estos antecedentes, sumados a un probable otoño e invierno especialmente cálidos en el hemisferio norte, parecen ser parte de una apuesta para que la reunión de estadistas que se llevará a cabo en diciembre en Copenhague (Climate Conference in Copenhaguen 2009), concluya en acuerdos y negociaciones significativas.

En un planeta donde más del 50% de la población vive en agrupaciones urbanas, y donde las ciudades son la principal fuente de emisiones, quienes trabajamos directa o indirectamente sobre ellas, no podemos quedar al margen de esta discusión; los paradigmas de la sustentabilidad que están incorporados plenamente en particular en el mundo desarrollado, parecen ser todavía en nuestros países medio ricos medio pobres unas palabras bonitas, un valor agregado, y no un punto de partida para cualquier desarrollo.