Carta – Transantiago y Metro

(El Mercurio.03/08/2009)

Señor Director:

Aprecio los argumentos que esgrime el señor De Groote como respuesta a mi carta publicada la semana pasada. Sin embargo, no creo que sean correctos. En primer lugar, el escenario “teórico” que plantea el señor De Groote, de haber duplicado la red de metro en la era Lagos y Bachelet en lugar de haber planificado e implementado el Transantiago, no tiene nada de teórico, ya que fue justamente lo que ocurrió. El Metro de Santiago tenía 40,4 kilómetros el año 2000. Desde entonces se han invertido más de US$ 3.200 millones en expandir esta red, que alcanzará 104,5 kilómetros a fines del próximo año. O sea, el Metro se ha más que duplicado durante esta década. Una expansión significativamente mayor habría sido difícil de realizar por razones tanto financieras como técnicas.
En segundo lugar, el Metro antes del Transantiago era una infraestructura subutilizada. Transportaba menos de la mitad de los pasajeros por kilómetro que otros metros equivalentes en el mundo. Fueron justamente el Transantiago y su asociada integración tarifaria los que permitieron aumentar el uso de esta valiosa infraestructura y rentabilizar socialmente estas inversiones. Es justamente ahora, al ser la principal troncal del Transantiago, que cobra mayor sentido económico y social seguir expandiendo la red del Metro.
Finalmente, el señor De Groote señala al sistema de transporte público de Singapur como uno de los mejores del mundo a pesar de no ser subsidiado. Sin embargo, ese país tiene características geográficas y demográficas especiales y, en mi opinión, es la excepción que confirma la regla. Nuestros referentes naturales en asuntos de transporte público de calidad seguirán siendo las ciudades de Europa, Estados Unidos y otros países de la OCDE. En esas ciudades el transporte público es fuertemente subsidiado.

ANDRÉS GÓMEZ-LOBO E.
Departamento de Economía Universidad de Chile
Asesor del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones