La Toma de la Facultad de Derecho

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Foto de Cosmopolita, vía Flickr.

Creo que nadie está ajeno a lo que actualmente ocurre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Desde el 29 de abril pasado los alumnos se tomaron las dependencias de Pío Nono, exigiendo una serie de modificaciones a los estatutos docentes, como también la salida del Decano, Roberto Nahum.

El siguiente artículo, explicando la situación e invitando a todos a comentar y debatir sobre el asunto, fue escrito por Tarek Yúsari, egresado de la Facultad de Derecho y reciente ganador del Premio Montenegro 2008. Los invito a leer el artículo escrito por el señor Yúsari y debatir en torno a lo que actualmente ocurre en una de las facultades más tradicionales e importantes del país. El artículo, después del salto.

Las líneas que se exponen más abajo no pretenden ser más que un sucinto informe acerca de las causas de la actual “Toma” de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Si bien se deslizan ciertas apreciaciones personales del redactor, la idea es servir de documento para comprender lo que acontece de manera más rigurosa y acabada que lo expuesto por los medios. Espero que todo lector interesado manifieste sus comentarios por medio del blog, a fin de adentrarse de manera más profunda en el conflicto y compartir de manera más libre nuestras opiniones al respecto.

El día martes 28 de Abril se refrendó un petitorio dentro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, el cual fue aprobado por el 80% de los 1400 votantes que participaron de dicho proceso.

Los distintos puntos del petitorio nacen del trabajo que durante un año realizó una comisión de estudiantes en orden a hacer un diagnostico fino y exhaustivo de la situación académica de la Facultad. Fruto de ese trabajo nace un documento que, junto con reafirmar la primacía a nivel nacional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, detecta una serie de falencias cuya corrección es urgente y necesaria en pos de mantener dicho privilegiado lugar. Dicha comisión representa de manera fiel una nota característica del estudiante de derecho de dicha casa de estudios: su afán constante de pensar a la Universidad y su lugar en la sociedad.

El mencionado petitorio aborda, en esencia, los siguientes puntos:

1.- La elaboración de un Proyecto de Desarrollo Institucional, es decir, una especie de “hoja de ruta” que contemple, al menos, los siguientes ejes:

a.- Políticas de Investigación (generación de conocimiento), Docencia y Extensión (difusión del conocimiento), que son las áreas que caracterizan a una universidad de las denominadas “complejas”. Con ello se busca que el trabajo de académicos relacionado a cada uno de dichos puntos se realice en un marco institucional que genere los incentivos necesarios para su desarrollo constante y fecundo. Así, se evita sustentar la actividad de la Facultad simplemente en la valiosa buena voluntad y esfuerzo individual de determinados miembros de la comunidad – cuya permanencia no resulta de esta forma segura – sino que en instituciones que propicien de manera constante las condiciones necesarias para ello.

b.- La revisión de los planes y programas (“malla curricular”) a fin de ajustar las asignaturas y contenidos al perfil de excelencia al que debe aspirar el profesional de la Escuela. En relación ello, se llama a un estudio y reforma urgente del sistema de titulación – en particular el examen de grado – a fin de generar un baremo estandarizado no susceptible de instrumentalización para fines ajenos o arbitrariedades.

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2.- La regularización del claustro académico. Ello busca abrir concursos públicos para el ingreso al claustro de aquellos profesores que desempeñan labores académicas en la Facultad en calidad de “invitados”, además de re – concursar a aquellos que muestren irregularidades en su ingreso a la Facultad (muchos incluso desde el gobierno militar). Esta inquietud nace al observar que de los 400 docentes con que cuenta la Escuela, muchos no se encuentran realizando actualmente clases, pero conservan su jerarquía académica y los consiguientes derechos políticos para las elecciones internas, mientras existen en paralelo un alto número de académicos de una envidiable dedicación a la Escuela y que no han sido admitidos a la escala de jerarquización académica y, por lo mismo, no cuentan con ingerencia en el devenir de ésta. En el fondo, se pretende primero, traer a los profesores más excelentes en su disciplina, que están en otras universidades. Segundo, recuperar a los profesores sobresalientes de esta facultad, que migraron a otras facultades chilenas o extranjeras. Tercero, retener a los profesores de mayor prestigio nacional e internacional de nuestra facultad. Es conducente a ello de manera primordial, generar políticas adecuadas para el desarrollo de académicos jóvenes dentro de la Escuela.

3.- Acceder a estándares reales de democracia interna conforme al recientemente aprobado estatuto orgánico de la Universidad de Chile. Con ello se busca despersonalizar las decisiones que se toman a nivel de Facultad, toda vez que la institución de decanato tiene desmedido peso en ellas, por sobre el Consejo de Facultad, integrado por académicos y estudiantes. Se pretende que las políticas académicas sean elaboradas, como por estatuto se dispone, por dicho órgano plural a modo de facilitar la obtención de los primeros 2 puntos.

4.- La renuncia de las autoridades de la Facultad, toda vez que se estima se han agotado los canales institucionales para la materialización de las reformas y dichas autoridades no ofrecen garantía del éxito de dicho proceso.

Una vez aprobado dicho petitorio, los estudiantes decidieron, mediante asambleas de generación y de Escuela, tomarse las dependencias de la Facultad el día 29 de Abril, como medio de presión encaminado a la obtención de los puntos del petitorio. Dicha medida, ya en si misma, debe llamarnos la atención: la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile sólo ha tenido 5 tomas en su historia y desde el año 2003 hasta el presente, los días de paro – sumados – difícilmente sobrepasan la semana.

Desde el comienzo de la toma ya han transcurrido 10 días y las posiciones no parecen acercarse. Si bien existe un diagnostico común entre toda la comunidad sobre la problemática y dentro de la Toma todos los días se desarrollan comisiones de trabajo sobre los puntos del petitorio, en los que se discute y elaboran propuestas, asambleas con gran numero de asistentes donde se abordan dichos temas y los futuros pasos a seguir e, incluso, se ha contado con una serie de charlas de profesores dentro de ella, no ha existido hasta el momento dialogo entre las partes.

Es de esperar que las propuestas que han nacido de manera multitudinaria del seno del movimiento estudiantil sean abordadas de forma seria a fin de ir cada vez avanzando de manera firme en cumplir el legado que le corresponde a una de las instituciones republicanas más antiguas de la nación.

Tarek Yúsari K.
Egresado
Facultad de Derecho

Universidad de Chile