Transantiago / Jefe, $350 hasta el metro!

Volviendo a la capital después de unas semanas de vacaciones, una de las primeras actividades que realicé esta semana como editor de pURB fue recorrer la ciudad con tarjeta BIP! en mano. Luego de revisar los titulares y los comentarios de la prensa sobre la marcha blanca del plan, el resumen apunta hacia un descontento de los usuarios y una cierta incredulidad y preocupación por lo que se viene en esta primera semana de Marzo. Para saber qué significa desde hoy moverse por la ciudad en transporte público quise formular mi propia impresión de usuario recorriendo mi trayecto habitual en micro-metro. El resultado….

El resultado fue recorrer una ciudad bastante más apacible, sin el bullicio de los buses amarillos, pero a esto hay que agregarle un dato importante, el cual es un impresionante desequilibrio en el servicio que entregan los troncales y los alimentadores.

Un ejemplo.
Para recorrer desde Avenida Colón con Vespucio hasta Plaza Italia, la opción era coger un alimentador, el C01, o el C04, que me llevara hasta el Metro.

Para eso esperé en un paradero en la esquina de Martín Alonso Pinzón. Pasaron diez, quince y luego veinte minutos, sin micro, hasta que paró un taxi (ojo, no colectivo) y el conductor me grita por la ventana; Jefe, $350 hasta el metro! ……
Sin entender mucho, volví a mirar dentro del taxi, y estaba con 3 pasajeros más. Era un servicio “alternativo”, a modo de colectivo. Solo le faltaba la bandera pirata colgada del espejo retrovisor.

Dado mi atraso por llegar al destino, y con cierta suspicacia por el servicio, tomé el taxi para que me llevara al metro. Dentro del taxi, los otros pasajeros iban comentando su descontento con el Transantiago. Yo comencé a explicarles sobre la falta de frecuencia y escasa flota en los alimentadores. Luego me comentaron que este servicio es común en comunas periféricas, donde a falta de colectivos estos taxis se disfrazan de minibus.

Taxi enchulado, colectivo frustrado, minibus pirata, llámenlo como quieran, la cosa es que se ha generado un mercado que antes no existía, y si de fiscalizar se trata, las autoridades todavía están de vacaciones. Por el momento, los usuarios debemos acogernos a vías alternativas hasta que se tomen las medidas necesarias por parte de los administradores del Transantiago, guardando la tarjeta BIP! y pagando con sencillo.

Luego, en la llegada al metro, utilicé mi tarjeta BIP! cargada con cerca de mil pesos. Por un lado, el metro recoge efectivamente un número bastante superior de pasajeros. Sin duda, el metro está bastante bien organizado.

Un dato no menor. La campaña publicitaria sobre optimizar tu metro cuadrado es completamente cierta. El metro va full, en horas punta y no punta. Viajando en metro te puedes dar cuenta de que este servicio será por lejos el más utilizado. Funciona como relojito, con todos los recorridos señalizados, bandas de colores en los pavimentos, guías de dirección en todo sentido, avisos que recuerdan el tube de londres con el “camine por su derecha”. Con el metro no se van a llevar mayores sorpresas, solo más y más usuarios.

Para regresar intenté realizar un viaje en Troncal por Providencia, tomando un bus que anunciaba dirección Las Condes. Nuevamente un dato, hagan caso de la publicidad de radio y TV, organicé su viaje. Lo digo ya que en mi caso, por no planificar bien, tomé este bus y terminé virando en Salvador.

Acto seguido, tomar otro bus en dirección oriente, tarjeta BIP! en mano, que se transformó en tarjeta PLOP!, doble cobro en menos de 5 minutos. En fin, este bus también anunciaba Las Condes , pero viró por Vitacura!?.

Finalmente llegue a Tobalaba para tomar mi alimentador, el famoso C01 o el C04, (el que fue reemplazado por el taxi pirata durante el trayecto de ida). Sorpresa. Una fila de no menos de 20 metros, para esperar al bus, que luego de 10 minutos sin pasar, decidí reemplazarlo por el Metro, subiendo en estación Tobalaba, hasta Escuela Militar. Luego ya un poco cansado de tanto subir y bajar buses, y esperar en paraderos, decidí caminar las 5 cuadras desde Apoquindo hasta Colón para llegar a casa.

Resumen, una experiencia inolvidable. Ahora voy a optar más por el metro, hasta que las autoridades tomen cartas en el asunto con las filas y la cantidad de buses. Por lo menos se que es problema de frecuencia y organización. Tengo fe que el sistema va a funcionar cuando este al 100%, pero por ahora hay que armarse de paciencia. Un buen libro para las colas de espera o unas zapatillas para caminar hasta el metro.