¿Más basura para Quilicura?

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Quilicura vuelve a estar bajo la amenaza de la instalación de un LULU (Locally Unwanted Land Uses) sinónimo de uno de esos equipamientos que nadie quiere tener cerca: una estación de transferencia. Para quienes no saben, aunque suene parecido a “estación intermodal” del Transantiago, no lo es; una estación de transferencia es una planta donde llega la basura de la ciudad para ser compactada y luego ser llevada al vertedero. El Gran Santiago cuenta actualmente con sólo dos de estas plantas, una en San Bernardo y la otra precisamente en Quilicura.

Los vecinos están indignados, pero también muy bien informados y organizados. Se enteraron de la noticia hace cinco semanas y desde este entonces, se juntan todos los sábados a las 11 de la mañana en la Plaza Romeral a manifestarse en contra de este posible hecho irrevocable. O en días como hoy, que marcharon con pancartas y megáfonos en el límite norte de la comuna, donde se localizan las villas más afectadas.

Una estación de transferencia, así como los vertederos o todo aquello que se relacione con los residuos urbanos es responsabilidad del Ministerio de Salud (así lo establece la Ley de Bases Generales para el Medio Ambiente -Ley 19.300-). Por lo tanto el “mandante” sería el Ministerio de Salud que presentó el proyecto a la Conama, y será sometido al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental para ver si es factible o no su localización en este lugar: el límite norte de Quilicura, entre el cordón industrial que bordea Américo Vespucio y la línea del ferrocarril.

Una de las personas clave que ha logrado levantar la voz de sus conciudadanos fue Gianina Cáceres, presidenta de la Junta de Vecinos de Santa María, villa que junto a El Amanecer, Santa Teresa y Parque Central, un proyecto inmobiliario prácticamente nuevo, se encuentran muy afectadas, al ubicarse a menos de 500 metros del futuro proyecto. Gianina conversó con Plataforma Urbana y nos contó, entre otros, los siguientes datos:

-El proyecto de la estación de transferencia ingresó a la Conama como “Declaración” y no como “Estudio”. Esto significa que no se requiere de ningún proceso de participación ciudadana para la aprobación, lo que tiene absolutamente indignados a los vecinos, ya que en ese marco no hay vía legal que los proteja.

-Los vecinos exigen el rechazo del proyecto. Toman como referente el caso de la comuna de El Bosque, que lograron detener la instalación de la estación de transferencia de Lo Chena.

-En 1997 se negoció el cambio de los vertederos del cerro Renca a cambio de la instalación de la estación de transferencia actual (KDM). Otra estación más se alega que no es justo para la comuna.

-Los vecinos están enojados con la Municipalidad por no haberse puestos los pantalones antes. Aunque el municipio esté en contra del proyecto, instale carteles y lo publique en su página web, se alega que tenían conocimiento del hecho desde febrero y no hicieron nada al respecto hasta que vieron que los mismos vecinos se pusieron las pilas y se organizaron, tras haber escuchado la noticia por rumores.

-Los vecinos están desilusionados porque en algún discurso político escucharon que en los mismos terrenos donde se instalaría el proyecto, se podría localizar un hospital y la sede de alguna universidad.

-Los nuevos vecinos que llegaron al condominio Parque Central están indignadísimos. El conjunto lo entregaron hace muy poco y les ofrecía áreas verdes, casas amplias y calidad de vida; una calidad de vida que posiblemente se vea alterada con la presencia de este proyecto no deseado.

-Para que se apruebe el proyecto, tiene que pasar por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Para ello tienen que dar el visto bueno seis entidades estatales de las cuales cinco ya han dado su aprobación: el Ministerio de Salud, Obras Sanitarias, Monumentos Nacionales, Obras Hidráulicas y la Superintendencia de Servicios Sanitarios. Falta que se pronuncie el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, para que luego la CONAMA de la última palabra.

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Veremos qué sucede ahora. Aún faltan días para la resolución final. Esperemos que quien decida escuche la voz de sus ciudadanos.