La casa propia, ahora viene con auto!

El sueño de la casa propia es probablemente uno de los ideales más arraigados en nuestra idiosincrasia. El amor a la tierra y el sentido de pertenencia son valores transversales en nuestra sociedad, los que por una parte se traducen en la forma y tamaño que tienen nuestras ciudades, (especialmente Santiago, por tener mayor concentración de habitantes) y por otra en la noción de “calidad de vida”. Es así como de esta aspiración, ha nacido toda una manera de vender la ciudad, que ha llegado a afectar otros aspectos de nuestra vida en ella, y también a poner en evidencia lo que entendemos por calidad de vida.

Otro aspecto que, dado el tamaño de Santiago y la mala calidad del transporte público, (por lo menos hasta Febrero del 2007) se asocia con la noción de calidad de vida, es tener auto, ya que se reducen efectiva y considerablemente los tiempos de viaje de un lugar a otro.

Frente a este escenario, los inversionistas han encontrado la manera de darnos la posibilidad de matar 2 pájaros de un tiro. Sí, ahora puedes tener tu casa y además comprar un auto por casi el mismo precio.

Lo que inocentemente podría pasar como una súper oferta, por “sólo $29.990 sobre tu dividendo, elige el Citroen que tu quieras”, habla de la manera que tenemos de concebir nuestra ciudad, lo que esperamos de ella y a su vez, lo que se espera de nosotros como habitantes/consumidores, y por supuesto las formas que ésta adopta.

Entonces nos encontramos con el debate sobre la manera de afrontar el crecimiento de Santiago, (como resultado directo del aumento en el poder adquisitivo de los Chilenos) aumentar la densidad y restringir el límite urbano o por el contrario, liberar el suelo para controlar los valores de éste pero planificando este crecimiento, más el evidente y directo impacto sobre las infraestructuras de transporte y la necesaria inversión en autopistas varias.

No se cual es la respuesta correcta, si es que la hay, ya que es un proceso inevitable, sólo puedo agregar que nuestra ciudad es consecuencia directa de nosotros, su habitantes, y que la “super oferta” tiene stock limitado…