Un Vuelo por Sobre Nuestra Ciudad

Tan solo un corto viaje por los aires de Santiago, como el realizado por el periodista Felipe Álamos del diario Mercurio, o bien un vistazo a las fotos aéreas de Google Earth, nos muestra la capital como es, una ciudad de distintas caras y contrastes, que se van mostrando poco a poco según se avance de poniente a oriente o de sur a norte.

Espacios, colores, densidades y verdes, van cambiando y reflejando, casi como la simbología de un mapa, la concentración de ingresos de la capital. Así los sectores “ricos” se distinguen de los pobres en las ya bien conocidos m2 de áreas verdes, como también en los colores predominantes de cada zona. Mientras en los sectores de mayores ingresos predominan, tanto en muros como techos, los rojos y amarillos, en las zonas de menores ingresos lo hacen los grises, blancos envejecidos y celestes.

Ellos junto a las alturas de la edificación, nos muestran claramente lo que vale cada metro cuadrado de la ciudad. Los que suben, en precios y alturas, cada vez más hacia el nororiente.
En cuanto a los verdes, ya sea de ciudad o campo, se observan aun en los bordes sur-oriente (la cuña de Cerrillos) y sur-poniente, grandes áreas de viñas, frutales y otros, que poco a poco se ven invadidas por las densas poblaciones del norte, en donde una casa al lado de otra no dan espacio al verde, que ya queda atrás. Luego viene el gris del centro y hacia el oriente nuevamente el verde, que entre edificios o los patios de particulares dominan nuevamente el colorido. Por último avanzando hacia el norte pasamos los verdes campos del nor-poniente a los secos del norte mismo (Chicureo), que año a año va tornándose mas verde.

Otro aspecto que vale la pena señalar es como se van creando los nuevos espacios de la ciudad, espacios residenciales en este caso, que tras gigantescos negocios inmobiliarios van incorporando vastos terrenos con su formula económica, la múltiple repetición de un módulo, los que adoptan la estética del mercado, pero a los cuales cada familia tiene que adaptar su forma de vida, y sin ningún aporte relevante a su sector como tampoco a la ciudad.

Por último debemos señalar las últimas grandes intervenciones que han afectado a Santiago. Ellas son las nuevas autopistas urbanas las que se ven desde la alturas, como grandes y artificiales cicatrices tras una operación de urgencia que ha debido soportar nuestra ciudad, por crecer de forma acelerada y poco inteligente, distanciando cada vez más un sector del otro.