Vivienda, Vivienda y Vivienda

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En el último tiempo se ha llegado a decir, especialmente bajo slogans como “Putting cities first”, que el principal desafío de la humanidad son las ciudades; este intento de situar a las ciudades en el centro de las agendas mundiales ha estado principalmente enfocado en el problema de la vivienda. Por poner un ejemplo, Alejandro Aravena recuerda insistentemente que “para dar respuesta al crecimiento urbano de aquí al 2030, deberíamos ser capaces de construir, sólo en los países en vías de desarrollo, una ciudad de 1 millón de habitantes por semana usando 1.000 dólares por vivienda durante los próximos 23 años”. Aunque la actual crisis de alimentos (tema que espero abordar en algún futuro post) pone en duda preceptos como los de Aravena de que a nivel planetario ya habríamos superado agendas como la del hambre, o las pandemias, y que las ciudades son lo urgente hoy, sí hay que reconocer la omnipresencia del problema de la vivienda ayer, hoy, y probablemente mañana.

Sea como fetiche de arquitectos, sea como la materialización de la ilusión de una familia por superar la pobreza, la vivienda está colmada de significados. Y se mantiene presente en las agendas a nivel global y local.

La política siempre ha reflejado su importancia dentro de las escalas de valores y significados de la gente. En Chile, los “pobladores” eran un grupo descrito por Manuel Castells en los 70s como uno de los principales actores sociales, fuertemente asociando las luchas populares a los habitantes de las poblaciones, especialmente localizadas urbanamente. La reivindicación de la vivienda es un imperativo tan básico que en constituciones políticas recientes como la de Sudáfrica de 1994 pretende garantizar el acceso a este bien mínimo para todos sus ciudadanos, asunto que por supuesto está lejos de conseguirse.

El debate que suscitó en nuestro nunca bien ponderado Parlamento las reformas tributarias que afectarían al rubro de la construcción y venta de viviendas, representados por la Cámara Chilena de la Construcción, el gremio con el mayor patrimonio de Chile, mostraron lo actual de la discusión, ya no solo entre especialistas sino también en la arena política y la del tráfico de influencias.

Es por eso que resulta interesante la discusión planteada en la última Edición Temática de la Web de URO1.org, donde se aborda el problema de la vivienda desde el ámbito de la sustentabilidad urbana, los procesos informales en la construcción de viviendas y la necesidad urgente materializada en una demanda masiva global. Estos esfuerzos, desde el ámbito de la arquitectura, se relacionan con agendas que impregnan el estado del arte en las disciplinas del diseño, de lo que es un ejemplo el World House Project del Institute Without Boundaries impulsado por Bruce Mau.

Me dan ganas de citar el final de una de las últimas columnas de Carlos Peña en El Mercurio:

Y es que hay que releer a Freud.

Cuando tenía ochenta años -el cáncer ya había consumido parte de su mandíbula- escribió que el psicoanálisis parecía “la tercera de esas empresas imposibles en las que uno puede estar seguro de antemano de no alcanzar resultados satisfactorios. Las otras dos, que se conocen desde hace mucho tiempo, son la educación y el gobierno”.
Por estos días uno tiende a encontrarle toda la razón a Freud. Toda la razón.

Uf. Qué aplicable y a tantas cosas.
¿Y en vivienda, más de lo mismo?