El Museo Histórico abrió su máquina del tiempo

Museo Historico Nacional Realidad virtualPor Daniela Silva Astorga.

Funcionará de miércoles a domingo:

A través de la realidad virtual en 360°, el público podrá arribar al Santiago de 1808, 1846 y 1910.

Basta cruzar la puerta de la cápsula, ponerse unos audífonos y unos lentes de realidad virtual para aparecer en la Plaza de Armas de 1808. Avanzar hacia calle Monjitas y mirar en 360°, escuchando a los caminantes de ese recinto conquistado por carretas y vendedores de mote, y también viendo, al girar, la Catedral de Santiago sin torres.

Así parte el primer viaje de la “máquina del tiempo” que ayer inauguró el Museo Histórico Nacional (MHN), y que funcionará de miércoles a domingo. Es una pequeña habitación con forma de domo y ocho cupos, desde donde el público podrá viajar -a través de la animación en 3D- también a 1846 y escuchar, por ejemplo, al Presidente Bulnes anunciando la mudanza del gobierno desde el Palacio de la Real Audiencia -hoy sede del MHN- al de La Moneda.

“Esta cápsula virtual es una fortaleza y está en línea con las nuevas formas de mostrar nuestro contenido. Su antecedente es el tour virtual en 360° por la Plaza de Armas, que subimos en 2016 a nuestro sitio web. Ahora, este primer trayecto de la máquina del tiempo presenta el contexto de nuestro edificio”, comenta Pablo Andrade Blanco, director del MHN. Y agrega: “¡Esto es muy atractivo, es como cuando Ogú y Mampato viajaban con su cinto espacio-temporal!”.

Este proyecto nació en las áreas de Educación y Comunicación del MHN, a cargo de Javiera Müller y Sofía Ortigosa; contó con el apoyo tecnológico de Samsung, que facilitó lentes, celulares y audífonos, y con un Fondo Patrimonial de parte del Estado ($83 millones). Mientras que las animaciones fueron hechas por el estudio interactivo Mezcla.

El plan para este año es concretar, junto con esta primera secuencia, otras tres más. “Los guiones buscarán reforzar algunas temáticas que ahora no están tan presentes en la exhibición permanente, como la infancia, las celebraciones y los acontecimientos infaustos. Siempre trabajaremos conjugando lo histórico con lo lúdico”, dice Ortigosa.