Dichato sufre por el fuego y la caída en turismo
Vecinos tuvieron que construir cortafuegos para proteger una población de los siniestros:
Dueños de restaurantes manifiestan su preocupación por disminución de visitantes al tradicional balneario de Biobío y temen severas pérdidas económicas durante febrero.
Al ver las llamas acercándose a las viviendas de la Villa Fresia de Dichato, Región del Biobío, los vecinos recordaron la tragedia del 27 de febrero de 2010, cuando la ola del maremoto arrasó con sus casas. Ahora, el fuego llegaba en oleadas y nuevamente sus casas estaban en peligro. La tragedia estaba a solo un paso.
“El fuego estaba terrible durante la tarde del lunes y la mañana de hoy (ayer), casi se lleva todas las casas porque estaba muy cerca. Nosotros vinimos con un grupo de familiares y amigos para proteger la casa de mi hija, ya que el incendio era una gran amenaza. En 2010 perdimos todo y ya veíamos que ahora iba a pasar lo mismo con las casas. Para mí esto es peor que el terremoto y el maremoto”, comentó, aún nerviosa, Silvana Moscoso (71).
En la tarde del lunes, jóvenes y adultos de Dichato se coordinaron para construir un amplio cortafuego y evitar que el incendio, que consumía árboles en un cerro atrás de la localidad, llegara a la zona de las viviendas.
“Fue un trabajo de hormiga. Mi hijo estuvo hasta las cuatro de la mañana haciendo cortafuegos, yo igual me quedé hasta tarde. La gente aquí es muy unida y por eso evitamos que avanzara el fuego”, dijo Silvana Moscoso.
En un momento de la madrugada de ayer, ante el avance del fuego, algunos vecinos optaron por evacuar de manera preventiva sus casas, pero volvieron unas pocas horas después.
“De pronto vimos las llamas altas acercándose por los bosques y los militares dijeron que era mejor que saliéramos, yo sentí mucho susto, tomé a mis hijos y bajamos del cerro mientras mi marido ayudaba a construir el cortafuegos”, recordó María Muñoz, quien vive hace 15 años en la Villa Fresia y nunca antes había visto algo así.
“Desde que enfrentamos el terremoto que no sentíamos tanto miedo”, concluyó.
A pocos metros de la villa hay predios forestales y matorrales que avivaron las llamas, las que no consumieron casas gracias a la labor de los mismos vecinos, que se organizaron para protegerlas con el cortafuego que se extendió por varios kilómetros.
El efecto de los incendios forestales también se siente en el sector turístico de Dichato, a donde habitualmente en esta fecha llegan miles de turistas.
“Desde el lunes pasado que bajó el número de turistas por los incendios. Para nosotros estos días han sido pésimos; por ejemplo, al almuerzo solo vino una persona, otros años aquí estaba lleno”, dice Ana María Tapia, administradora del restaurante Asturias.
Varios locales de venta de pescado ayer optaron por no abrir debido a que casi nadie pasa a comprar, mientras que otros mantuvieron abajo las cortinas porque sus dueños y trabajadores fueron a ayudar en la construcción de cortafuegos.
En la playa, los turistas sufren por los días nublados a causa del humo y la ceniza que cae en el borde costero.
“Normalmente trabajan 16 personas aquí, pero con tan poca gente no tengo cómo pagarles, por eso hoy (ayer) estamos trabajando con la mitad de personal y no sé hasta cuándo seguiremos así”, expresó muy preocupada María Angélica Torres, dueña del restaurante Keka.
Según María Angélica, desde el 23 de enero, luego de varios cortes de caminos por las llamas, se fueron todos los turistas.
“Es súper comprensible, la gente pensó que se quedaría atrapada, pero no sé qué haremos nosotros, esta es una zona turística, nosotros vivimos de esto”, manifiesta, preocupada.
Los locatarios y comerciantes temen perder la temporada y sufrir severas pérdidas económicas debido a la baja de turistas en la zona por los incendios.
DECLINACIÓN
Desde el 23 de enero comenzó a bajar el número de turistas a causa de los incendios forestales en la zona.