Trenes de cercanía: la deuda pendiente del Transporte Capitalino

Rafael, de xtrapotrenes

Imagen de usuario flickr Rafael, de xtrapotrenes. Licencia cc by 2.0.

El transporte al interior de las grandes ciudades como Santiago sigue siendo unas principales preocupaciones de la ciudadanía. Las grandes distancias de desplazamiento que necesita la población, hacen que los tiempos de viajes en horarios punta puedan llegar hasta una hora y media en condiciones de hacinamiento. En el caso de Santiago, esto se agudiza dado que es una ciudad sin límites definidos como antes. Hoy en día, la ciudad es más que solo la conurbación principal, es un sistema macro región. La parte sur de la Sexta Región como Rancagua o Graneros, las provincias de Melipilla, Talagante y Maipo, o por el norte Lampa y Colina son parte del área de influencia de la capital y muchos de sus habitantes viajan diariamente a sus lugares de trabajo, estudio u ocio.

Una forma de mirar esta realidad es ir a las diferentes autopistas urbanas en hora pick mañana, ahí podemos ver tacos infernales en Autopista Central desde sur y norte hacia el centro y la Ruta 78 y Ruta 68 es la misma situación. Muchos ya se han adelantado a decir que se está estudiando el aumento a una tercera pista a estas dos últimas carreteras, sin embargo el cuello de botella no está en la ruta, está en la entrada en la ciudad.

Ninguna ciudad del tamaño de Santiago (7 Millones de habitantes) va encontrar una solución a sus problemas de movilidad urbana facilitando el uso del automóvil, pero tampoco lo hará solo con promover el acceso al Metro, buses o bicicletas. Todas las grandes ciudades que han logrado mejorar sus condiciones de desplazamiento urbano es mediante múltiples medios de transporte. Una estrategia de solución efectiva es la implementación de la intermodalidad, o sea, la combinación de diferentes sistemas como conjunto. Es un buen camino la ampliación de la red Metro, hoy las dos nuevas líneas (3 y 6) van a ser una solución para más de un millón de personas y es necesario anunciar pronto la línea 7 que va a venir a contribuir a descongestionar la línea 1 que es un cuello de botella para el centro cívico y económico de la ciudad. Pero estas soluciones son principalmente para la gente que está dentro del anillo Américo Vespucio y sus alrededores, hoy hay que pensar los problemas de transporte en una escala más grande, hay que mirar la región en su conjunto.

Hoy están en carpeta tres trenes de cercanías, Rancagua Express (Santiago-Nos), Melitren y Tren a Batuco. Estas alternativas de transporte logran entender a Santiago en su complejidad, donde las personas que viven en Talagante, Nos o Colina, usan múltiples medios para llegar a su destino, y lo que falta es eficiencia en su primer tramo. Estos trenes tampoco deben llegar todos a un punto de Santiago porque colapsan ese lugar, lo que deben hacer es entrar como malla, o sea integrarse a la red de Metro y buses en varios puntos intermedios.

Los beneficios de este medio de transporte son múltiples, usan la faja ferroviaria existente y en superficie por lo tanto la inversión es menor comparada con una línea de Metro Subterránea. No existe  interferencia con otros medios de transporte ya que no compiten por el espacio con los autos como los buses, transportando mucha gente en un espacio reducido. Es energía limpia, no generan gases de efecto invernadero y operan como complemento del Metro y micros del transantiago, vienen a aliviar estos dos medios, no a competir.

El desarrollo de estos servicios de trenes está creciendo hoy en día en el mundo, Berlín con el S-Bahn, el RER Parisino o las Cercanías de Madrid complementan la red de metro cuando circulan por el centro de la ciudad. Junto con el aumento de la conciencia pública de la congestión y la dependencia de los combustibles fósiles, así como el incremento de los costos de la propiedad en el centro de la ciudad, estos se constituyen como una alternativa real al auto particular. De hecho a las horas pick, usar este medio es más rápido que usar auto, incentivando el uso del transporte público.

Hace poco tiempo el Presidente de EFE, relativizó la concreción en particular de Melitren, por el momento económico que vive el país. En momentos de desaceleración económica, es precisamente donde el Estado tiene que impulsar la demanda a través de inversiones públicas, donde se contratarían miles de trabajadores fomentando el dinamismo en la economía y entregando un gran servicio a la comunidad. No hacerlo es de un dogmatismo añejo.

Este proyecto en concreto lo anunció el Presidente Piñera, y luego fue parte del programa de este gobierno. Se pide continuidad en las políticas. Como es posible que cada nuevo gobierno lo prometa en campaña y después pasan sus 4 años y le endosan la responsabilidad al próximo gobierno. Así llevamos casi 20 años con la promesa de un tren de cercanía a Melipilla.

La relicitación del Transantiago es una oportunidad tremenda para diseñar el transporte capitalino de manera integral, donde cada medio de transporte juega su rol, promoviendo aún más la intermodalidad y pensando en la movilidad regional como un sistema único.

A Santiago viajan miles de personas todos los días a trabajar, estudiar o acceder a los servicios que entrega la gran ciuadad. Cada día más personas adquieren automóviles con la esperanza controlar y facilitar su desplazamiento, pero sin saberlo disminuyen los tiempos de viajes de la ciudad en su conjunto. Muchos otros, que todavía no tienen la capacidad económica para adquirir un auto, utilizan los buses interubranos que no ofrecen un transporte de calidad y eficiencia. El espacio en la ciudad, a pesar del voluntarismo de las autoridades, no se pude ampliar por arte de magia. La solución al problema no pasa por más capacidad vial para vehículos particulares, pasa por hacer eficiente el transporte público y sobretodo pasa por definir una política de desarrollo del tren.