Aumento de construcciones urbanas cerca de zonas boscosas eleva el peligro de incendios

incendio en ChicureoPor Richard García.

Advierte Peter Moore, experto de la FAO en siniestros forestales:

En las últimas dos semanas se han producido 93 episodios que han amenazado áreas residenciales en Chile. Saber reaccionar ante el fuego, tal como sucede con los sismos, es clave.

No estamos lejos de que Chile sufra grandes incendios forestales que se expanden hacia zonas urbanas, como los que se produjeron en el estado australiano de Nueva Gales del Sur, en 2009, y que costaron la vida de 173 personas y la destrucción de 2000 viviendas.

Así lo reconoce el ingeniero forestal Peter Moore, especialista de la FAO en incendios forestales, quien estuvo la semana pasada en Chile para evaluar la situación nacional frente al tema, además de analizar el sistema de prevención y protección que desarrolla Conaf en este campo.

El investigador reconoce que la persistente sequía que ha afectado al país favorece en esta temporada un ambiente de alta sequedad y ventoso, propicio para la formación y expansión del fuego. Una chispa basta para gatillar un incendio de proporciones.

A este escenario climático desfavorable hay que sumar el aumento de urbanizaciones en entornos boscosos como Curauma, cerca de Valparaíso, o Chicureo y La Pirámide en Santiago, que justamente han enfrentado incendios casi en sus puertas los últimos días.

Convivir con las llamas

El escenario le recuerda lo que ocurrió en su país en los últimos cien años. “A medida que la situación mejora, la gente no solo tiene su casa dentro de la ciudad, sino que también se compra una en los suburbios para descansar, o simplemente decide trasladarse para allá, y esto aumenta la presencia humana en esas zonas de riesgo”, explica.

En Australia eran frecuentes los grandes incendios, pero casi solo se quemaban pastizales; algo muy distinto a lo que ocurrió en febrero de 2009.

“No es que el fuego cambiara, fueron incendios similares a los anteriores. La diferencia es que ahora había personas viviendo allí”.

Una vez ocurrido el desastre, los especialistas sugirieron que el Estado nuevamente comprara esos terrenos y los destinara a zonas públicas, pero no se consiguió.

Los incendios han seguido ocurriendo. El año pasado, en Australia Occidental, ardió una ciudad completa y varias personas murieron. Por estos días el fuego ha vuelto a afectar nuevamente a Nueva Gales del Sur, con 50 diferentes brotes, y otra vez está bajo amenaza una extensa zona urbana.

En Chile, solo en las últimas dos semanas se han producido 93 incendios en la interfase, entre el sector urbano y forestal, según un informe proporcionado por la central de coordinación de Conaf. De ellos, 49 afectaron a la Región de Valparaíso y 39 a la Región Metropolitana.

Para Moore, la única alternativa es aprender a convivir con los incendios de la misma forma como lo hemos hecho en Chile con los terremotos.

“La gente espera que el Estado la proteja, pero también tienen que tomar medidas por sí mismos y enseñarle a sus hijos. Por ejemplo, saber si su casa está preparada para resistir el fuego y en cuánto tiempo podrían desplazarse las llamas si el incendio no es contenido”.

Lo habitual es que las personas piensan que el fuego está lejos, por lo que no les va a afectar. Pero su acción puede variar en poco tiempo, dice. “Hay que entender que, dependiendo del viento, puede desplazarse muy rápido”. De hecho, hay casos que, en apenas nueve horas, las llamas se han desplazado 60 kilómetros.

Como medidas preventivas, en Australia se sugiere a los vecinos construir cortafuegos en torno a sus hogares, mantener los pastizales del entorno cortos, construir con materiales no combustibles y avisar oportunamente a las autoridades responsables, porque ellas no saben cuándo comienza el fuego.

En todo caso, reconoce que en Chile los sistemas de prevención, el entrenamiento de personal especializado y combate de los incendios forestales son muy buenos, comparados con el de otros países. “Es mucho mejor la situación e incluso pueden dar lecciones a países como Argelia, Marruecos, Indonesia y Zimbabue, que sufren habitualmente este problema”, asegura.

“Si las regulaciones locales no toman en cuenta al fuego y se permite construir casas o negocios cerca de zonas altamente combustibles, como los bosques, en algún momento puede ocurrir un gran incendio”.
PETER MOORE
Experto de la FAO en incendios forestales.

Ciclo nefastoSegún un estudio de la U. de Sydney, el calentamiento global podría empeorar los incendios forestales. “Se podría gatillar un ciclo que llevaría a los bosques a no absorber suficiente CO {-2} , lo que aceleraría aún más el calentamiento del aire en la atmósfera”, indica la investigación. El incremento de la temperatura, sumado a la escasez de lluvias, podría multiplicar los incendios, lo que, a su vez, aumentará las emisiones de CO {-2} .