Elección de intendentes: inesperado giro de Quintana y Girardi complica al gobierno

Sala SenadoPor M. Vega, E. Ganora y A. Labra.

Ambos senadores eran los únicos respaldos del PPD con que contaba La Moneda.

Cerca de las 13.00 de ayer, el ministro de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, sostuvo una reunión con los senadores PPD Felipe Harboe, Adriana Muñoz, Eugenio Tuma y Jaime Quintana en el Congreso.

El objetivo de la cita, a la que también se sumó el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, era sondear los apoyos que necesita el Ejecutivo para lograr la aprobación del proyecto que faculta la elección directa de intendentes, votación programada para hoy en la sala del Senado y que requiere 22 sufragios a favor.

En el encuentro se abordó un inesperado giro en los apoyos con los que contaba el gobierno, pues Quintana y Guido Girardi, que hasta ayer eran los únicos dos respaldos seguros que tenía el gobierno en el PPD, pusieron en duda su votación. En el oficialismo atribuyen el giro de Girardi a un desencuentro que habría tenido el lunes con el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, respecto al proyecto de ley de fármacos II.

Ante esto, y sumado a las crecientes dudas de senadores de otros partidos, Quintana habría comunicado que no podía ser el único voto PPD favorable a una iniciativa sobre la que, de todas maneras, tenía aprensiones.

Más tarde, varios legisladores del oficialismo, como el mismo Girardi, Quintana, Fulvio Rossi (PS) y Manuel Antonio Matta (DC), fueron desfilando por el comité de senadores PS-PPD para discutir la votación de hoy. Aunque los dos últimos están considerados por el Ejecutivo como votos favorables al proyecto, en esa cita manifestaron algunos reparos. Uno de los elementos que aumentó la tensión en el sector fue que el gobierno les ha transmitido que se lograría aprobar el texto con votos de la oposición y que quienes rechacen deberán asumir los costos.

De esta manera, el estrecho margen de La Moneda -que, en efecto, apostaba a RN e independientes para lograr el quórum necesario- comenzó a complicarse.

Las principales críticas de los senadores de la Nueva Mayoría a la iniciativa apuntan a las escasas facultades que tendrían -sostienen- las autoridades regionales, en particular en caso de ser electas en 2017, por los que uno de los posibles puntos de consenso es aplazar la entrada en vigencia para 2020.

Según comentaban los senadores, el gobierno habría entregado señales de que esa opción podría discutirse en forma separada, luego de aprobarse la reforma que implementa la elección democrática de intendentes. Sin embargo, los senadores -conscientes de que La Moneda ha defendido públicamente la idea de no aplazar la fecha conforme a la voluntad de la propia Presidenta Michelle Bachelet- pedían un compromiso por escrito que, hasta ayer, no se había concretado.

En este complejo cuadro, y con el objetivo de salvar la iniciativa, el ministro del Interior, Mario Fernández, se reunió ayer con el senador Pedro Araya (Ind.-DC). Quienes conocieron el alcance de la conversación aseguran que el legislador pasó de férreo opositor al proyecto a poner en reflexión su voto.

En este contexto, los cálculos de Palacio al cierre de esta edición eran ajustados. Sin nuevos cambios de postura, el Ejecutivo contaría con el voto favorable de seis senadores DC, cinco PS, cinco independientes y cuatro RN. Es decir 20, por lo que serían decisivos los respaldos de, al menos, dos de los parlamentarios que ayer mantenían en vilo su posición: Girardi, Quintana y Araya.