Transantiago: solo el 4% de los 856 mil pasajeros fiscalizados por evasión han sido multados

Transantiago evasionPor Manuel Valencia.

Informe de controles realizados por el Gobierno muestra baja eficacia de los planes para detectar viajes impagos:

Solo 80 funcionarios están destinados a controlar a los viajeros fraudulentos. Según el ministerio, dos tercios de los sancionados no pagan las multas.

La evasión del Transantiago sigue profundizando su carácter de “patología” del sistema de transporte público capitalino. El último balance trimestral de la fiscalización de este fraude arrojó que el 30,2% de los pasajeros no pagan la tarifa, lo que genera crecientes pérdidas para el sistema. Según estimaciones del Ministerio de Transportes, esta merma asciende a US$ 150 millones al año, lo que, eventualmente, empuja al alza los pagos a los operadores y a un incremento de las tarifas o un mayor requerimiento de subsidio estatal.

La magnitud de la evasión, sin embargo, no se refleja en los planes de fiscalización que aplica el Gobierno, con apenas 267 funcionarios (de ellos, 80 efectivamente en las calles) para más de 6 mil buses y cerca de dos millones de pasajeros.

De acuerdo con diversas informaciones solicitadas por “El Mercurio”, a través de la Ley de Transparencia, de los 856.320 pasajeros fiscalizados entre el 2 de enero y el 29 de julio de este año (última fecha disponible), apenas 38.226 fueron multados por evadir.

Esta cifra corresponde al 4,4%, casi siete veces menos que la cifra de evasores informada oficialmente.

No es la única falencia. Según señaló el ministro de Transportes en una entrevista a “El Mercurio” en agosto pasado, dos tercios de esos evasores no van al juzgado de policía local a pagar sus multas, lo que permite inferir que apenas cerca de 12 mil de los evasores multados cumplen con el deber de pagar su sanción.

Para Raimundo Cruzat, ex coordinador de Transantiago y especialista en transportes, existe una falla en los procedimientos de control que hace el Gobierno. “Se realizan en los mismos lugares y en ejes que los evasores van conociendo, y los evitan. También sucede lo mismo con el horario, que es conocido, y corresponde al menor flujo, no a la hora punta, donde la evasión es mayor”.

Añade que la sensación de impunidad asociada a la evasión explica que las multas no se paguen y que este problema se agudice en el tiempo.

La jefa del programa de fiscalización del Ministerio de Transportes, Paula Flores, dice que la diferencia entre los multados (4,4%) y los evasores catastrados (30,2%) radica en que en las inspecciones “muchas veces la gente se baja al ver que será controlada, o bien opta por validar su pasaje si no lo había hecho, por lo que estos controles no reflejan un 100% la realidad de la evasión en un bus”.

Bajo impacto

En un estudio para LyD, los investigadores Rodrigo Troncoso y Louis de Grange también concluyeron que el poder de fiscalización en el sistema es bajo. Tanto así, que si se duplicara, el impacto en la evasión apenas sería de 0,8 puntos porcentuales en la cifra global.

“Debe cambiarse la magnitud de los controles. De alguna forma se debe incorporar a los choferes en los planes y en las alzas de tarifas se debería reforzar un plan de controles”, dice Troncoso.

De Grange complementa que con las nuevas líneas 3 y 6 del metro la evasión debiese bajar, por pasajeros que se pasen a ese sistema. “En los buses solo subirá, porque quienes se quedan en ellos tienen como incentivo el atributo de la gratuidad”.

Líderes
Los operadores con mayor evasión son STP (46,6%) y Vule (40,2%). El menor índice lo tiene Express (17,5%).

30,2% fue el registro de evasión del segundo trimestre de este año, según un estudio oficial. Fue el más alto en la historia del Transantiago. Se estima que las micros amarillas tenían un 8% de pasajes impagos.

US$ 150 millones de pérdidas al año implica la evasión para el sistema. Esta merma genera, en el mediano plazo, el requerimiento de mayores ingresos al sistema mediante alza de tarifas, o bien, más subsidios.

10% de incremento en la tarifa generaría un alza de dos puntos porcentuales en la evasión, según un estudio de Libertad y Desarrollo