Balance de reconstrucción de Tarapacá y Arica a 2 años del terremoto 8,2 Richter

reconstruccionPor: Davied Jaime y Mario Rojas.

Obras de recuperación y reforzamiento del puerto de Iquique finalizarían en octubre de este año: Mientras estudio del Instituto Libertad y Desarrollo señala que “avance ha sido muy lento”, autoridades dicen que proceso termina en marzo de 2018.

“Me han dicho varias fechas y estamos aburridos, pero qué le vamos a hacer”, relata Jéssica Martínez, quien espera la reconstrucción de su vivienda, en la calle Tamarugal de Iquique. Un subsidio del Gobierno le ha permitido vivir dos años como allegada de familiares, mientras espera que los dueños de la vivienda contigua a la suya autoricen su demolición para iniciar obras.

Jéssica es parte de las 2.427 familias cuyas casas se destruyeron en Tarapacá, la región que se llevó la peor parte del terremoto 8,2 Richter del 1 de abril de 2014, con 12.690 familias damnificadas.

“Recién la semana pasada vimos que las constructoras comenzaron a trabajar y según ellos nos entregarán el próximo año los departamentos”, asegura Isabel Cortés, del campamento El Mirador, al sur de Iquique, habitado por familias de los 480 departamentos de Las Dunas, de los cuales aún no se levanta ninguno.

Tras un análisis del último informe entregado por el Ministerio de Vivienda, que recoge los avances hasta el 29 de febrero de este año, la investigadora del programa social del Instituto Libertad y Desarrollo, Paulina Henoch, sostuvo que “el avance ha sido muy lento para lo que debería llevar y da cuenta que se requiere de un proceso de reconstrucción de mayor gestión y de mejor utilización de los mismos recursos”.

La intendenta de Tarapacá, Claudia Rojas, explica que “hay un 37% de avance en construcción de viviendas, pero dar una cifra total de avance es bastante relativo porque tenemos 170 áreas que estamos resolviendo”. La autoridad reafirma que el Gobierno finalizará la reconstrucción en marzo de 2018.

En Tarapacá ya comenzaron 26 proyectos de reparación de áreas comunes y reforzamiento sísmico de 26 condominios sociales, que agrupan a 4.349 familias, con el 18% finalizado.

La infraestructura dañada, que mantuvo cerrada casi un mes la Zona Franca de Iquique, funciona normalmente. Las obras finalizaron o están en proceso.

La ruta que une la conurbación Iquique-Alto Hospicio finalizó todos sus trabajos en noviembre pasado. Esta obra del Ministerio de Obras Públicas se sumó a los trabajos en la ruta costera en Pabellón de Pica y el camino de la sal, con una inversión de US$ 30 millones.

El hospital de Iquique fue reconstruido con una inversión de $2 mil millones y en octubre estarían listas las obras del puerto de Iquique, cuyo molo 1, que maneja la estatal EPI, sufrió daños que lo mantienen cerrado y ha obligado a derivar carga al terminal concesionado.
IQUIQUE-ALTO HOSPICIO
Antes de los arreglos, cubrir la ruta tardaba 2 horas. Ahora, 15 minutos. Con nuevas embarcaciones, la caleta volvió a la normalidadFueron 200 las embarcaciones perdidas en abril de 2014 por los pescadores y mariscadores de Caleta Guardiamarina Ernesto Riquelme de Iquique.

Los trabajadores recibieron nuevas embarcaciones y motores para retomar sus faenas. “No se puede negar que lo que nos entregaron fue bueno, incluso mucho mejor de lo que teníamos; pero, lamentablemente, no alcanzó para todos”, asegura Gustavo Tapia, presidente del sindicato Albatros, en referencia a quienes por no tener su documentación al día no lograron obtener el beneficio.

“Eran personas que tenían atrasados los permisos”, explica Manuel Villalobos, presidente del sindicato Bahía de la misma caleta, quien sin embargo explica que, con el apoyo de empresas privadas, lograron adquirir las últimas dos embarcaciones destruidas, las que llegarán la próxima semana. Cada una tiene un valor de $7 millones y favorecerá a quienes no habían obtenido el beneficio.

“Ahora estamos bien. Por ejemplo, durante Semana Santa, la mayoría salió a pescar y la caleta ha estado repleta”, asegura Jonathan Mosalve, buzo mariscador que recibió un bote equipado luego que su embarcación, el “Caleuche”, quedara totalmente destrozada al impactar sobre los roqueríos.

Arica: Daños en el Morro y en edificios patrimoniales, pero mayor avanceMás al norte, en la Región de Arica y Parinacota, con sus cuatro comunas -Arica, Camarones, Putre y General Lagos-, los trabajos de reconstrucción están más adelantados. Ahí el Ministerio de Obras Públicas anunció en noviembre del año pasado el término de la ejecución de 35 iniciativas de emergencia.

La inversión superó los $15 mil millones en trabajos que incluyeron carreteras, puentes, defensas fluviales, señaléticas, entre otros. Los trabajos incluso consideraron los faldeos del histórico Morro de Arica, para evitar nuevos desprendimiento de rocas, con más de $1.530 millones aportados por fondos de emergencia del Ministerio del Interior.

Y en uno de los recintos más emblemáticos de la zona, la Catedral San Marcos de Arica, Monumento Nacional que también sufrió daños, ya fue cambiada la antigua cruz principal de la fachada, de más de 140 años y que se cayó tras el sismo. La estructura original, de acero, será reinstalada en un museo parroquial de la ciudad.

Mientras tanto, los trabajos en el templo, por más de $730 millones y que fueron incluidos en el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, comenzaron en agosto de 2015 y finalizarán durante el segundo semestre de este año.

También está pendiente el término de obras en algunas viviendas ubicadas, sobre todo, en terrenos salinos.

Subsidios insuficientesAunque el Gobierno asegura que se entregó la totalidad de los subsidios, solo un 20% de las 435 familias que permanecen en los ocho campamentos en Tarapacá podrán optar a retornar a sus casas reconstruidas. El resto, como Sandra Cortés, aun no tiene una solución habitacional. Vive en el campamento Canadela de Alto Hospicio junto a otras 144 familias y aún recuerda cuando las autoridades les dijeron que “este barrio tendría seguridad, juegos infantiles y un proyecto digno, eso se fue diluyendo y hoy no hay nada”, expresa. La realidad de Sandra es la del 90% de los habitantes de Canadela, que incluye además a familias arrendatarias y que estaban en situación de calle el 1 de abril de 2014. “Yo soy considerada caso social, porque era allegada y la única opción que me dan es la compra de vivienda, pero con 1.000 UF acá no alcanza”, señala María Gutiérrez, quien arrendaba una pieza.

El Gobierno anunciaría un sistema que les otorgaría más puntaje para postular a subsidios.